La depresión es un trastorno que avanza como el tiempo, porque cada día hay más gente que consulta por este motivo, presentando síntomas como fobias, irritabilidad, desazón, insomnio, angustia o ansiedad, y que deben ser medicados con psicofármacos principalmente por el hecho de que en esta afección existe el peligro del suicidio.
La Organización Mundial de la Salud advierte que dentro de veinte años los casos de depresión superarán a los de cáncer y a los problemas cardiovasculares.
Frente a este panorama, mucho no se está haciendo en el mundo, pero afortunadamente se trata de una enfermedad que con el debido tratamiento se puede superar.
Es importante por lo tanto atender las señales que se presentan, que pueden anunciar un estado depresivo con antelación, como el hecho de no poder dormir o de dormir demasiado, tener desinterés, abulia, sentirse abatido, con falta de concentración y sin proyectos, con ideas persecutorias, o sentimientos de culpa.
Los cambios evolutivos son oportunidades en que se pueden producir estados depresivos, por ejemplo durante la menopausia, cuando además de la elaboración de la pérdida de la capacidad reproductiva hay que agregar los cambios hormonales que predisponen a sufrir alteraciones del estado de ánimo.
En la adolescencia se presentan casos de adicciones que también se relacionan con estados depresivos. Es un período de la vida que obliga a adaptarse a un nuevo esquema corporal y a relacionarse de una manera diferente, circunstancias que hacen sentir vulnerables a los jóvenes y los lleva a buscar refugio en el alcohol o las drogas si no son debidamente comprendidos.
Las complicaciones de la vida moderna, con exigencias cada vez mayores provocan en la gran mayoría un estado de tensión que cuando se hace crónico altera el normal funcionamiento del cuerpo y de la psique, principalmente cuando el balance entre lo que se tiene y se desea produce conflictos y frustración.
Salir de la depresión exige un replanteo existencial y una reestructuración de la personalidad a partir de nuevos parámetros y nuevos valores relativos, teniendo en cuenta los nuevos recursos.
Lo más importante es lograr volver a conectarse con nuevos proyectos, empezando con el cumplimiento de pequeñas metas y es conveniente rodearse de gente positiva, que esté comprometida con la vida, porque el entusiasmo se contagia.
La intención es el primer gran paso adelante para emprender nuevos desafíos, porque todo es posible.
La meditación es un instrumento de gran ayuda que despeja la mente y nos ayuda a conectarse con nuestras verdaderas potencialidades; y la visualización nos permite concentrarnos en los objetivos.
También es importante aprender a aceptar ayuda de los demás y no aislarse.
La imagen no es todo, pero puede ayudar mejorar la presencia, mantenerse pulcro y prolijo, rodeado de un ambiente acogedor, ordenado y agradable que reflejará en buena medida un mejor estado de ánimo; y por supuesto es indispensable estar dispuesto a realizar un tratamiento psicológico de apoyo.
La Organización Mundial de la Salud advierte que dentro de veinte años los casos de depresión superarán a los de cáncer y a los problemas cardiovasculares.
Frente a este panorama, mucho no se está haciendo en el mundo, pero afortunadamente se trata de una enfermedad que con el debido tratamiento se puede superar.
Es importante por lo tanto atender las señales que se presentan, que pueden anunciar un estado depresivo con antelación, como el hecho de no poder dormir o de dormir demasiado, tener desinterés, abulia, sentirse abatido, con falta de concentración y sin proyectos, con ideas persecutorias, o sentimientos de culpa.
Los cambios evolutivos son oportunidades en que se pueden producir estados depresivos, por ejemplo durante la menopausia, cuando además de la elaboración de la pérdida de la capacidad reproductiva hay que agregar los cambios hormonales que predisponen a sufrir alteraciones del estado de ánimo.
En la adolescencia se presentan casos de adicciones que también se relacionan con estados depresivos. Es un período de la vida que obliga a adaptarse a un nuevo esquema corporal y a relacionarse de una manera diferente, circunstancias que hacen sentir vulnerables a los jóvenes y los lleva a buscar refugio en el alcohol o las drogas si no son debidamente comprendidos.
Las complicaciones de la vida moderna, con exigencias cada vez mayores provocan en la gran mayoría un estado de tensión que cuando se hace crónico altera el normal funcionamiento del cuerpo y de la psique, principalmente cuando el balance entre lo que se tiene y se desea produce conflictos y frustración.
Salir de la depresión exige un replanteo existencial y una reestructuración de la personalidad a partir de nuevos parámetros y nuevos valores relativos, teniendo en cuenta los nuevos recursos.
Lo más importante es lograr volver a conectarse con nuevos proyectos, empezando con el cumplimiento de pequeñas metas y es conveniente rodearse de gente positiva, que esté comprometida con la vida, porque el entusiasmo se contagia.
La intención es el primer gran paso adelante para emprender nuevos desafíos, porque todo es posible.
La meditación es un instrumento de gran ayuda que despeja la mente y nos ayuda a conectarse con nuestras verdaderas potencialidades; y la visualización nos permite concentrarnos en los objetivos.
También es importante aprender a aceptar ayuda de los demás y no aislarse.
La imagen no es todo, pero puede ayudar mejorar la presencia, mantenerse pulcro y prolijo, rodeado de un ambiente acogedor, ordenado y agradable que reflejará en buena medida un mejor estado de ánimo; y por supuesto es indispensable estar dispuesto a realizar un tratamiento psicológico de apoyo.
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Hola.... tengo un problema, no sé si tenga que ver con la depresión. En general soy una persona inconforme con su vida en muchos sentidos, he aprendido a sobrellevarlo. No me siento feliz, no me siento cómoda con mi familia ni en el lugar donde vivo, pero de unos años para acá he notado algo que me pasa cuando me pongo mal y me da miedo.
ResponderEliminarNo sé si es una especie de mecanismo de defensa inconsciente. Las veces que me he puesto mal, muy mal y que me resulta imposible encontrar paz, de la nada dejo de sentir. Es como si momentáneamente apartara mi “yo” racional del sentimental. Puedo ver las cosas con total objetividad y darme cuenta de que lo que me hizo llegar a dicho punto de nuevo en realidad no tiene importancia. Y si es que en verdad la tiene, no puedo dotarlo de ella de nuevo. Soy totalmente ajena a lo que me hirió inicialmente. Ese estado suele durarme de unas horas a todo un día completo y por lo regular me representa un respiro, me ayuda a poner mis pensamientos en orden y a estar en paz, pero no logro entender por qué me sucede... apreciaría algo de orientación :(