Publicado el 2012/11/21 por Psicóloga Malena Lede
El Poder del Amor
A veces, la naturaleza nos muestra su maravilloso poder, como para que no seamos tan omnipotentes de creer que ya lo sabemos todo por haber estudiado mucho.
El Dr. Sergio Rozenholc, director médico del periódico bimestral “El Homeopático”; en su artículo “¿Dónde quedó nuestro arte médico?” cuestiona la tendencia de la medicina a no tener en cuenta en la práctica clínica el sentido común y a descartar la influencia biológica que tienen en la cura, las emociones, como el amor.
Como ejemplo, narra la conmovedora historia de las gemelas prematuras Zamira y Guadalupe Caciccio, nacidas en Tucumán, Argentina, que a los ocho meses se enfermaron de bronquiolitis.
Zamira se recuperó, pero el estado de Guadalupe empeoró; sufrió una perforación de intestino y la tuvieron que operar dos veces, Tan mal llegó a estar que el pronóstico de los médicos se tornó desalentador.
El padre de las gemelas mientras tanto, se enteró por Internet, en forma casual, de una noticia sobre una situación similar ocurrida en un hospital, en la que una enfermera, sin autorización de las autoridades, decidió poner juntas en la misma cuna a dos gemelas prematuras, logrando salvarles la vida.
Este antecedente sirvió para convencer a los médicos de adoptar la misma actitud con las gemelas tucumanas, por lo que se decidió trasladar a Zamira para que estuviera junto a su hermana, piel a piel, como cuando estaban en el vientre materno.
Guadalupe, después de estar dos meses en estado vegetativo conectada a distintos aparatos, a los quince minutos de estar al lado de su hermana Zamira, abrió los ojos y actualmente sólo tiene una sonda que la alimenta, siendo buena su evolución.
¿Por qué los médicos no pueden entender el valor del factor emocional que une a dos gemelas prematuras que aún permanecen ligadas por fuertes lazos afectivos y aprovechar este poder de la naturaleza para su beneficio?
Los médicos saben que los gemelos prematuros tienen que estar juntos hasta que adquieran la madurez necesaria para separarse y más aún si se enferman, sin embargo, solamente una enfermera o un familiar, sin conocimientos médicos pero con sentido común, pueden ver más allá que ellos.
Curar es un arte y no todo se aprende en los libros, se necesita también la humildad necesaria para poder creer en lo que parece increíble, tal como hicieron los grandes descubridores, que no se dejaron vencer por los prejuicios.
Un ser humano no es solamente un cuerpo, porque desde antes de nacer puede establecer vínculos afectivos que influyen en su desarrollo y crecimiento.
Descuidar u omitir el factor emocional en la curación, minimizando su influencia, puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
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