Hans
Christian Andersen (1805-1875), nació en el seno de un hogar humilde, en Odense, una isla de Dinamarca, tierra de
bosques frondosos y misteriosos y extensos campos de amapolas.
Hijo
de un zapatero con habilidades de carpintero, jugaba con los títeres y los
originales juguetes que le fabricaba su padre y se deleitaba escuchando sus
historias y yendo a pasear con él por el bosque.
Hans
era un niño pequeño y retraído. Sus
compañeros de colegio se burlaban de él y hasta la maestra lo reprendía con
severidad por cualquier cosa, por eso él prefería quedarse en su casa jugando
con sus muñecos.
Un
día sus padres lo llevaron por primera vez al teatro y Hans quedó
fascinado. Desde ese momento quiso ser
actor, poeta y llegar a ser famoso.
Al
fallecer su padre, luego de una breve enfermedad, Hans quedó desamparado, pero con su deseo afianzado de
ser una celebridad, por lo que decidió ir a Copenhagen, seguro de que en esa
gran ciudad tendría el éxito que soñaba.
Su
madre había consultado a una adivina quien le había anunciado que su hijo sería
una gloria para Dinamarca.
Con
sus escritos y las cartas de recomendación que consiguió, logró que algunos
nobles se interesaran en él, pero sus obras de teatro fueron rechazadas.
Sin
embargo, el director del Teatro Real, Jonas Collin, creyó en él y le dio la
oportunidad que necesitaba: una recomendación para el rey Federico VI, para que
le otorgara una pensión para estudiar.
Una
vez concedida dicha pensión, Hans se
dedicó por completo a sus estudios pero sin poder superar aún su problema de
personalidad, su baja autoestima y sus dificultades para relacionarse en sociedad
ya que todavía hasta sus maestros continuaban burlándose de él.
En
1835, Hans publica sus primeros cuentos para niños como “Pulgarcito”; “La
sirenita”; “El traje nuevo del emperador”; “El soldadito de plomo”; “El patito
feo”; “El ruiseñor”….
Aunque
los comentarios de los críticos fueron adversos, los cuentos infantiles de Hans
fueron un gran éxito adquiriendo la fama que soñaba que perdura aún hoy en día
en todo el mundo.
Hans
se hizo rico y famoso. Reyes, príncipes
y poetas se disputaban su presencia para tener la oportunidad de conocerlo y
ofrecerle su amistad.
Hans
pudo viajar por todo el mundo y recibió gran cantidad de premios y agasajos.
Se
cumplió así, milagrosamente, la
predicción de la adivina que nadie pudo imaginar que sería una realidad.
Malena Lede
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Muy linda y poco conocida historia!! Gracias😍
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