El
mundo moderno ofrece una variada gama de posibilidades para desarrollar
emprendimientos empresariales, principalmente en las grandes ciudades, donde
existe un alto nivel de consumo.
Las
limitaciones actuales para importar productos, aumentan esta
posibilidad dado que puede haber un amplio mercado con necesidades que
no se pueden satisfacer en el área local, con potencial de compra de insumos que podrían producirse en el país.
Pero
para desarrollar un emprendimiento empresarial, no es suficiente poseer capital,
conocimientos, experiencia y el personal necesario; sino que exige además
capacidad para desenvolverse como empresario en forma eficaz.
Ser
empresario implica tener una personalidad con características de liderazgo, abierta, audaz y creativa; con gran habilidad para los negocios, para relacionarse comercialmente y para elaborar
estrategias comerciales destinadas a colocar sus productos y hacerlos conocer y llevar a
cabo políticas de expansión y de inversiones financieras.
No
siempre todas estas condiciones se dan juntas en una sola persona, por eso, por
lo general, se forman sociedades de dos o más individuos, quienes son los
encargados de aportar cada uno lo que sabe hacer mejor para el buen
funcionamiento de la empresa.
Los
proyectos que no cuentan con el aporte de alguien que tenga experiencia
empresarial y que sea capaz de pensar en grande, difícilmente pueden
desarrollarse lo suficiente, aún disponiendo de los recursos económicos que
necesita. Porque lo más difícil de un
proyecto empresarial no es disponer de recursos sino contar con una buena idea,
porque cuando existe una buena idea muchos quieren participar y están
dispuestos a invertir dinero en ella.
Aunque
ganar dinero es un objetivo importante en toda empresa comercial, no siempre es
necesario que éste sea el único propósito, ya que día a día son más los empresarios
que se suman a la dinámica moderna actual, de lograr no sólo dinero sino también la felicidad en el trabajo, realizando sus negocios más comprometidos
con la ecología, fabricando productos menos contaminantes y brindando a todos
los que colaboran en las empresas mejores condiciones de trabajo,
horarios flexibles, más tiempo libre y posibilidad de desarrollar la creatividad en todos los ámbitos.
Esta
forma de encarar una empresa que antiguamente era considerada una utopía, hoy en día se está convirtiendo en una
realidad y cada vez más se está difundiendo en todo el mundo.
Estas
empresas creen que se pueden hacer buenos negocios actuando de buena fe y con
la intención de que todos ganen, utilicen su creatividad y se sientan
identificados con esa filosofía laboral.
Lo
importante será desarrollar espíritu de trabajo en equipo, intentando no
atribuirse en forma personal los éxitos, reconociendo la necesidad de la
participación de todos para lograrlos; y
siendo capaz de controlar la tentación de vivir para acumular dinero, para la
ostentación y los lujos.
Malena
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