Los
taxi boys son jóvenes que ofrecen servicios sexuales a cambio de dinero.
Son
personas que especulan con sus atributos físicos aprovechando las necesidades
de hombres mayores que por lo general comienzan a declinar sexualmente y que buscan
otras prácticas para lograr satisfacción sexual.
El
riesgo que representa hacer entrar en la propia casa a un desconocido forma parte
de las preliminares del placer y los continuos casos de asesinatos que se
producen por este motivo son el resultado de la relación patológica que se
forma entre el victimario y la víctima.
La
relación sexual posee un componente de agresividad y violencia, de hecho las
regiones cerebrales que participan en el acto propiamente dicho, se encuentran
próximas, según las últimas investigaciones realizadas en Neurociencia, publicadas
en la revista científica Nature.
De
modo que no es raro que se susciten en esas ocasionales parejas homosexuales, sentimientos
ambivalentes de atracción-rechazo, debido a las características opuestas de la
condición de cada uno de los participantes.
Según
afirmaciones del criminólogo Claudio Stampallija, realizadas en un noticiero televisivo, existen
datos policiales precisos que confirman que es común que los taxi boys hayan
sufrido desde niños abusos por parte de sus mayores, así como también carencias afectivas y grandes privaciones, en
un contexto de pobreza extremade modo que no pueden evitar contar con una gran
carga de resentimiento contra las personas mayores que tiene que frecuentar en
estas prácticas, ya que cada situación particular recrea su experiencia traumática,
incrementando el nivel de hostilidad hacia su cliente.
No
significa que toda persona que se dedica a estas prácticas tenga la intención
de matar sin motivo, pero sí en estas prácticas se dan las condiciones para que
en la relación con sus eventuales clientes, que a veces se hace habitual, se
provoquen situaciones conflictivas que se pueden convertirse en tragedias.
Los
taxi boys suelen ser heterosexuales que pueden ser muy sádicos cuando se
relacionan con un cliente y particularmente dulces y cariñosos con sus mujeres
y hasta mostrarse sensibles con ellas si son las madres de sus hijos.
A
pesar de la nutrida crónica policial sobre estos sucesos, que muestran el enorme riesgo que corren quienes
recurren a los servicios de un taxi boy, dejándolo ingresar en su domicilio, resulta
incomprensible que prefieran arriesgar la vida, en lugar de utilizar un hotel para realizar esta
práctica.
Es
probable que el riesgo que está dispuesta a correr la posible víctima,
represente para ella un incentivo más de excitación sexual.
Malena
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