"El destino del hombre es morir y la fe tal vez sea su única posibilidad de despertar."
La
excitación de un extraordinario descubrimiento se percibía entre los
antropólogos asistentes a la primera conferencia mundial sobre las primeras civilizaciones
humanas.
Según
el resultado de reconocidas investigaciones, los científicos habían
logrado demostrar que hubo civilizaciones avanzadas, miles de años antes de
lo que se tiene referencia, cuyas culturas curiosamente no difieren significativamente de
las que existieron mucho tiempo después.
La
traducción de los papiros encontrados en una cueva próxima al Mar Muerto, revela
que esos escritos pertenecen a una antiquísima civilización de más de 25000
años de antigüedad, y ese hallazgo coincide
con algunas hipótesis existentes que aún
no se habían podido probar.
De
acuerdo a este arcaico testimonio descubierto, esta antigua cultura desarrolló una forma compleja de escritura y no solamente enterraban a sus muertos
sino que adoraban a un creador y creían en la vida eterna.
Al parecer, se manejaban con estrictas normas de convivencia y aquellos
que las desobedecían eran separados de la tribu y condenados después de esta vida a consumirse en el fuego eterno, mientras que los que las respetaban seguirían
viviendo en su propia versión del
Paraíso.
Imaginaban el Paraíso como un cono invertido con varios niveles, a ocupar según
las acciones de los hombres en esta vida.
El
nivel más bajo estaba reservado para los espíritus débiles e inconstantes en su
trabajo diario; mientras el siguiente les correspondería a los activos y ambiciosos con tendencias a acumular
provisiones.
Más arriba, irían los espíritus amantes y las almas sentimentales; y sobre ellos, junto a los sabios, los que ayudaban a los demás y se olvidaban de sí mismos,
Seguirían en esa línea ascendente los militantes, o sea los mejores guerreros encargados de defender a su tribu de los ataques de otros grupos; y luego estaría el lugar de los justos, que eran aquellos con habilidad para aplicar la justicia en las contiendas.
Casi en la cúspide estarían los contemplativos, que podían vislumbrar otra realidad superior, mientras el lugar más alto lo ocuparían los triunfantes, que se habrían comportado en vida como verdaderos santos, con poderes superiores para enseñar a los demás y capaces de dominar a las fieras.
Más arriba, irían los espíritus amantes y las almas sentimentales; y sobre ellos, junto a los sabios, los que ayudaban a los demás y se olvidaban de sí mismos,
Seguirían en esa línea ascendente los militantes, o sea los mejores guerreros encargados de defender a su tribu de los ataques de otros grupos; y luego estaría el lugar de los justos, que eran aquellos con habilidad para aplicar la justicia en las contiendas.
Casi en la cúspide estarían los contemplativos, que podían vislumbrar otra realidad superior, mientras el lugar más alto lo ocuparían los triunfantes, que se habrían comportado en vida como verdaderos santos, con poderes superiores para enseñar a los demás y capaces de dominar a las fieras.
Todos
ellos, en el Paraíso, tendrían la posibilidad de ir escalando posiciones y de esa manera llegar a conocer en forma progresiva el
misterio de la vida, al creador y alcanzar la iluminación suprema.
Malena
Inspirado
en “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri
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Malena, mucha historia. Conozco el mar Muerto y conocí una cueva donde encontraron papiros dentro de tinajas. Linda historia.
ResponderEliminarmuchas gracias, malena
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