Las
últimas investigaciones han dado como resultado que los anoréxicos desean pasar
hambre porque el ayuno les produce más placer que comer; y que este placer es
tan grande, que pueden volverse adictos a ello.
La
anorexia, un trastorno psiquiátrico que puede llegar a ser grave, se
caracteriza por la conducta compulsiva a hacer dietas muy estrictas y a
practicar ejercicios físicos para adelgazar hasta el agotamiento.
Es
también una enfermedad social, porque la delgadez en la cultura actual, se ha
sobrevalorado produciendo una obsesión colectiva, principalmente entre los
adolescentes y los jóvenes.
El
problema es que los que sufren de este trastorno pierden el instinto de comer
cuando tienen hambre y adelgazan hasta llegar a extremos que espantan, pero
como también padecen de una distorsión de su percepción, siguen viéndose gordos
y pueden dejar de comer hasta el límite de morir por inanición.
Esta
enfermedad mental se manifiesta de múltiples formas y puede presentarse
acompañada de alteraciones en los circuitos cerebrales de recompensa, lo que
puede general una incapacidad total para disfrutar de cualquier otra cosa en la
vida, incluso del sexo.
La
anorexia se presenta generalmente en la pubertad, entre los 16 y 19 años
aproximadamente, etapa de la vida en que todavía es posible tomar medidas
preventivas.
La
anorexia se considera una adicción porque es un mecanismo similar a la
drogodependencia, pero en lugar de depender de una droga, dependen del placer
que les produce la privación de alimentos.
Es
algo realmente muy extraño, que algo tan difícil de tolerar como el hambre,
llegue a ser para estos enfermos un gran placer.
La
anorexia se presenta con una frecuencia diez veces mayor en las mujeres que en los
hombres; cerca de dos tercios de ellas
no se recuperan en forma completa, aún realizando tratamiento y aproximadamente
el 20% muere debido a esta enfermedad, el porcentaje de muertes más alto que
las que producen todas las otras patologías psiquiátricas.
La
familia y los medios de comunicación han influido en la multiplicación de estos
casos pero los trastornos de la alimentación también pueden ser de carácter
biológico.
Por
lo general, hacer dieta resulta para la mayoría un verdadero sacrificio, sin
embargo, cuando un anoréxico ayuna se siente mejor, más atento, más vital y si
sienten hambre buscar otra forma de superarlo que no sea comiendo.
Los
atletas jóvenes son los que están más propensos a sufrir de anorexia, porque la
obligación de ayunar en forma frecuente puede activar los genes relacionados
con la anorexia.
Es
probable que en el cerebro de un anoréxico exista una conexión entre la
privación del alimento y la recompensa.
Estas
personas tienen dificultades para vivir el momento presente, tienden a vivir en
el futuro, a prever todas las posibles contingencias y a no considerar el aquí y
ahora.
Malena
Fuente:”Mente
y Cerebro”; No.44/2010; Trisha Gura, bióloga molecular, y el aporte de
bibliografía complementaria.
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