El Sentido Estético - Psicología Malena Lede



Cierto día, mientras caminaba por la calle Cerviño del barrio de Palermo, me detuve debajo del puente por donde pasa el ferrocarril, a la altura de la Avenida Bullrich, a apreciar las plantas ornamentales que afortunadamente ahora tapizan las paredes debajo de ese puente y que felizmente reemplazarán para siempre a los acostumbrados garabatos que dibujan quienes no respetan el espacio público ni los frentes de las propiedades privadas.

En una saliente de esa estructura estaba un hombre sentado que al verme pasar me dijo: “Esto sí que no tiene ningún sentido”, esperando que yo coincidiera con su forma de pensar.

Contrariamente a lo que tal vez esperaba, le contesté que para mí tenía mucho sentido, sentido estético, sentido que él parecía desconocer.

Si los seres humanos no tuviéramos la oportunidad de desarrollar nuestro sentido estético, en mayor o en menor grado, el mundo a nuestro alrededor sería muy distinto, muchas actividades y puestos de trabajo no existirían, no tendríamos oportunidad de apreciar la belleza que es capaz de crear el hombre.

El sentido estético humano siempre existió, prueba de ello es la invalorable herencia que nos legaron nuestros antepasados a través de la historia.

En todas las épocas el sentido estético humano fue y sigue siendo expresado en miles de formas, en empresas de diseño, en la arquitectura y la ingeniería, en la publicidad, en la moda, en toda clase de expresiones artísticas, en los alimentos, en la cocina y en todas las actividades del hombre, porque la búsqueda de la armonía en todas las cosas es una cualidad esencialmente humana.

“No sólo de pan vive el hombre”, porque también necesita alimentar su espíritu y rescatar lo esencial, lo que está más allá de lo material, lo que expresa la grandeza y la milagrosa armonía del cosmos.

Si limitamos la vida sólo a la satisfacción de las necesidades materiales estamos eligiendo renunciar también a nuestra condición humana, reducir nuestro horizonte y sofocar la necesidad esencial del hombre de trascender su conciencia y de superarse a sí mismo.



Malena.