Cuando las demandas externas nos exigen más allá de
nuestra capacidad para enfrentarlas y la agenda se convierte en nuestra enemiga
más cruel, sufrimos de estrés.
Frente toda esta avalancha de estímulos nos sentimos
agobiados y malhumorados, y cuando nos damos
cuenta que somos incapaces de cumplir con todo, lo que más nos preocupa es perder
la imagen que los demás tienen de nosotros.
El estrés está relacionado con las circunstancias
que vivimos y con nuestro carácter. Si queremos ganarle la carrera al reloj y
quedar bien con todo el mundo, el estrés hará estragos en nosotros.
Cada situación que represente una amenaza de peligro,
real o imaginaria, provocará reacciones emocionales negativas que se
convertirán en trastornos fisiológicos.
El excesivo sentido de la responsabilidad y la
importancia que le otorgamos a los éxitos y a los fracasos son los factores más
importantes que producen estrés.
Una cuota de estrés moderado nos impulsa a la acción
para cumplir nuestros objetivos, nos protege de las amenazas y nos ayuda a
superar los obstáculos, pero el exceso de estrés mata.
Aunque tenemos la capacidad de adaptarnos a las
circunstancias más difíciles, la vida moderna nos obliga a estar en permanente
estado de alerta enfrentando el desafío que representa el vivir día a día.
La gente que más tolera el estrés es la que puede
permitirse ser flexible, la que es tenaz, decidida y optimista, la que tiene
capacidad de tomar distancia de los problemas y de relacionarse en grupo, y la
que está dispuesta a valorar la vida y
verle un sentido.
Existe una estrecha relación entre el estrés, las
emociones y las enfermedades, lo que ha
impulsado a muchos científicos a realizar numerosas investigaciones.
Es innegable que la consecuencia más común del
estrés es la ansiedad, que a su vez produce una serie de cambios fisiológicos,
químicos y psicológicos.
Las últimas investigaciones muestran que frente a
una amenaza de peligro, la respuesta del cuerpo se produce a nivel de la
glándula hipófisis.
El miedo, hace que la hormona del estrés, que es el
cortisol, aumente en sangre y que los niveles de testosterona desciendan.
Según las encuestas, en Argentina, a la mayor parte
de los habitantes no les alcanzan las horas del día para cumplir con todas sus
obligaciones con tranquilidad. La
mayoría tiene que dejar tareas pendientes para el día siguiente, se siente
agotada y con síntomas de estrés.
Las mujeres son las que tienen un mayor nivel de
exigencias, son las que trabajan afuera y en la casa y que además están más dispuestas
a realizar actividades extras, como hacer gimnasia o reunirse con amigas.
La mayor parte de los argentinos encuestados se
llevan trabajo a la casa y duermen menos horas para llegar a cumplir con todo.
El 98% son impacientes
frente a situaciones de espera y los jóvenes son los que tienen menos
paciencia; y la mayoría necesita llenar
los tiempos de espera vacíos, haciendo algo.
Esto lo confirmamos a diario en todos lados cuando
vemos a tanta gente transitando como zombies, conectadas a algún aparato.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: Datos estadísticos: Consultora D´Alessio Irol, en base a encuestas on line realizada a 370 argentinos; Revista "Muy Interesante" No.351; "El estrés - Consecuencias y Mecanismos".
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