La tecnología robótica ya hace años que existe y es utilizada en todo tipo de fábricas, reemplazando tareas rutinarias que antes tenían
que realizar varias personas.
Por un lado, permite al hombre ocuparse de otras
tareas que demandan mayor discernimiento, pero por otro disminuyen las fuentes
de trabajo del personal disponible no especializado; por lo tanto, como toda
innovación provoca interés pero también rechazo.
Indudablemente, los robots en muchos aspectos
superan al hombre ya que una vez que se haya amortizado su costo, no cobran, no
se toman vacaciones, no se enferman, no hacen huelga, no tienen conflictos, no descansan,
no comen, no discuten, no cometen errores, no roban, etc.
El éxito de los robots en las fábricas hizo que la
tecnología robótica se extendiera cada vez más a otras áreas humanas para cubrir
necesidades importantes ya que pueden ser útiles como acompañantes de personas
mayores, para realizar tareas domésticas, para la recreación tanto de niños
como de adultos, etc.
Los robots no sólo actúan bajo las órdenes de un
programa sino que pueden aprender a operar por sí mismos e inclusive tomar
decisiones.
¿Qué pasará cuando los robots adquieran tal
capacidad de discernimiento que intenten reemplazar al hombre para tomar su
lugar para siempre?
Creo que nos podemos quedar tranquilos, porque en
este mundo nada dura para siempre.
Por ejemplo los pequeños perros robots que se
vendían en Japón, principalmente para acompañar a personas ancianas, no
resultaron rentables, de modo que no se fabricaron más y tampoco se consiguen repuestos para los ya existentes.
De este modo estos perritos robots fueron “muriendo”,
y era tal el afecto que le tenían sus dueños, que como cualquier ser otro ser humano que fallece, los despidieron con un funeral y los enterraron; con el
inconveniente, que se trata de aparatos que se pueden reciclar pero que no se
degradan fácilmente.
Sin duda esta tecnología parece que aún no resulta del
todo práctica para uso doméstico, ya que depende de los vaivenes del mercado,
producen basura chatarra contaminante y un sufrimiento adicional a sus “deudos”,
con las secuelas psicológicas correspondientes, cuando dejan de funcionar por
falta de repuestos.
Además, creo que cuanto más humanos se vuelvan los robots, más fríos, solitarios, deshumanizados y mecánicos seremos nosotros.
Malena Lede - Psicóloga
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Hola Malena! :) la última frase me hizo pensar que cuando yo iba al salón recreativo de mi barrio en los años ochenta a jugar a las máquinas el juego como empezaba siempre igual los juegos todos mejor dicho se volvía uno robotico. ahora habría que ver si la maquina se humanizaba con nuestro contacto. .. bueno algo se le pegaría.
ResponderEliminarLos videojuegos que me refiero son los da matar marcianitos. Los enemigos venían todos por el mismmismo sitio en el mismo momento. Dicen los autores del juego que si no era muy de sorpresa y no te acostumbrabas nunca. Aunque a veces pensabas que mierd... siempre lo mismo!
si pongo todas las monedas que he echado en las máquinas haciendo una carrera una junto a otra llego a cuarenta metros de largo por lo menos! todos los días 16 monedas 16 partidas. menos los fines de semana que iba a trabajar a otro sitio con mi padre.
si ,tratar con máquinas te vuelve una maquina en cierto grado. y las máquinas echan de menos el calor humano por la noche cerrado el local? perdona quería soñador. ..
hasta luego gracias
Pablo