Una relación dependiente afecta la personalidad y demuestra
inmadurez y falta de respeto por sí mismo.
No es amor lo que sienten estas personas sino una
necesidad afectiva casi patológica, que finalmente provoca la anulación de la
persona y su renuncia a tener una vida propia, una manera de pensar y de sentir
y a su capacidad de decidir.
De esta manera el dependiente afectivo se convierte
en una simple prolongación del otro, viviendo y disfrutando de sus logros y eludiendo
su libertad personal y su propia responsabilidad como persona.
Es una forma de relación inmadura que refleja baja
autoestima y dificultad para hacerse cargo de la propia vida; inseguridad y
necesidad de aprobación, sentimiento de inferioridad, falta de confianza en sí
mismos, inestabilidad e indecisión.
Suelen ser personas ciclotímicas, siempre
insatisfechas y malhumoradas que tienden a reaccionar en forma agresiva.
Por lo general encuentran a una pareja dominante que
adopta el rol de padre o madre, dispuesto a cuidar del otro y a hacerse cargo
de todo.
Caso contrario, será difícil intentar cambiar su
actitud y lo mejor será abandonar el barco antes de que naufrague.
Las personas dependientes viven las pérdidas como
verdaderas tragedias sin darse cuenta que son las responsables de todo lo que
les pasa.
La necesidad de dependencia se debe principalmente a
carencias afectivas tempranas sin satisfacer; de esta manera el otro se vuelve
imprescindible e irremplazable y pueden llegar a ahogarlo con falsas señales de
afectos y sumisión.
Es una forma de manipulación que se interpreta como
amor desmedido pero que tiene poco de amor y mucho de ficción.
Nadie puede amar a alguien que carece de identidad y
que no duda en alienarse para obtener el sostén y el apoyo que necesita para
vivir.
Una relación saludable sólo se logra atreviéndose a
ser quien uno es, sintiéndose bien consigo mismo, teniendo proyectos y sueños propios,
respetando la libertad del otro y siendo respetado de igual manera.
Malena Lede - Psicóloga
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Hola Malena!me llamo Florencia Antes que nada quería decirte que leo siempre tu blog y te admiro, todo lo que decís y aconsejas es muy bueno, quería contarte hace unos meses que salgo con un hombre y él no es muy demostrativo y no le gustan los título. De noviazgo y hace un tiemp. Le he preguntado si salí. Con alguien más y si veía un futuro juntos y me contestó esto: un día me puedo levantar y no quererte más, los para siempre no existen, tu que piensas?
ResponderEliminarHola Florencia, tienes que respetar su punto de vista pero actuar en consecuencia, o sea no lo tomes en serio porque no parece digno de confianza. saludos, malena
ResponderEliminarHola Malena
ResponderEliminarTengo un problema, mi pareja en ocasiones me hace bromas o comentarios pesados que a mi me molestan pero ella dice que lo hace de broma y me dice "no exageres" "no seas niña" "es broma" y bueno, siento que lo hace con el afán de molestar o hacerme sentir mal; yo le hago saber que a mi me molesta y no me gusta que haga eso, pero ella lo sigo haciendo, no con mucha frecuencia pero cuando lo hace me molesto bastante, no se si el que está mal soy yo tal vez soy exagerado no lo sé ¿qué me recomiendas?
Gracias!
Hola Gregorio, las bromas que más nos molestan son las que dan en el blanco, o sea aquellas que movilizan nuestras ansiedades, que tienen que ver con nuestras inseguridades y nuestros temores.
ResponderEliminarDe cierta manera nos hacen bien porque es la oportunidad de cambiar pero en cambio la mayoría prefiere ofenderse.
Si estamos seguros de nosotros mismos no nos importan las bromas pesadas y podemos reírnos de nosotros mismos.
Ahora, por qué lo hace ella es la cuestión si a ti te molesta. Puede ser que se refieran a cosas tuyas que no soporta. saludos, malena