Acceder a vincularse con un alcohólico puede ser una
elección errónea que en poco tiempo puede transformarse en un calvario; porque si
esa relación prospera y ambos forman una familia, pocas veces esa familia se logra liberar de él; ya
sea por falta de recursos para sostenerse o por no tener otro lugar para vivir.
El vínculo afectivo con personas adictas a cualquier
sustancia indica baja autoestima y la tendencia a subestimar las consecuencias
graves que puede tener el consumo excesivo de alcohol; ya que la pareja y los
hijos de un alcohólico pueden estar en grave peligro de sufrir actos de violencia.
El alcoholismo es una enfermedad incurable, sin
embargo todo alcohólico, con la ayuda adecuada, se puede recuperar. Se considera alcohólico a la persona que
tiene el hábito de consumir más de dos vasos diarios de alcohol por día.
La mejor ayuda para un alcohólico la puede obtener
asistiendo a los grupos de Alcohólicos Anónimo, institución mundial sin fines
de lucro que le puede brindar apoyo toda la vida; mientras su familia puede
recibir apoyo en Alanón, que es la parte de esa organización que está al
servicio de este propósito.
El alcohólico, en primer lugar, se destruye a sí
mismo, porque el alcohol le produce un
serio deterioro de todos los órganos; y además puede perder su trabajo y su
familia.
Lamentablemente, hasta que no se produce este
desenlace, la vida de la familia de un alcohólico puede ser un infierno de
violencia, de abusos, de inseguridad, y de privaciones. En estado de ebriedad,
una persona no es dueño de sus actos y en una crisis cualquiera puede llegar a
matar a su mujer e incluso a sus hijos.
El alcohólico es un adicto y todo adicto tiene una
tendencia depresiva que se agudiza con los contratiempos y que también debería
ser atendida por un psiquiatra.
En los grupos de alcohólicos anónimos sólo asisten
alcohólicos, incluso el coordinador del grupo es un alcohólico recuperado.
Tener la oportunidad de escuchar las experiencias de
los otros es fundamental porque permite que cada uno de los integrantes del
grupo se pueda identificar y verse a sí mismo reflejado en ellos, conocer qué
fue los que llevó hasta allí y que están haciendo para poder salir de esa
situación.
En los grupos de alcohólicos anónimos se van
distinguiendo algunos de sus integrantes, que hace mucho tiempo que no beben, que tienen
el rol de apoyar en forma personal a algunos de sus compañeros cuando se
encuentran en circunstancias límites que los expone al riesgo de reincidir en
el alcohol.
La bebida, para un alcohólico, es un modo patológico
de calmar la ansiedad y el alcohol, es un recurso accesible, de venta libre, al alcance de cualquier joven
o adulto.
Los modelos sociales y la publicidad contribuyen a
favorecer esta adicción entre los jóvenes y adolescentes, que creen que se
liberarán de sus inhibiciones tomando cerveza sin ninguna consecuencia indeseada; sin saber que el exceso de alcohol produce impotencia
y una conducta impropia, errática y violenta; y que la buena educación y la
gentileza son cualidades que siguen atrayendo a las mujeres aún más que las
bravuconadas, los aires de matones y los atropellos.
Malena Lede - Psicóloga
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