La intensa actividad de los días de semana, que
suele terminar el viernes, promete por fin el descanso deseado, sin embargo,
son pocos los que para esa breve oportunidad de estar sin hacer nada, no tienen
en sus agendas algo programado.
Se pasa así del ajetreo propio del trabajo a otra
actividad que puede ser tanto o más intensa que la jornada laboral con todos
sus altibajos.
Si tomamos conciencia de esta realidad nos damos cuenta
que hay muy poca gente que puede estar inactiva, principalmente en un mundo en
que la tecnología ocupa el primer lugar, porque ni bien aparece el fantasma de
no tener algo que hacer, gran parte opta por aferrarse a su celular o prende el
televisor para entretenerse viendo algo.
Existe la depresión de los domingos cuando no queda nadie en la ciudad y la soledad se cierne amenazándonos con malos pensamientos
Aunque la “caja boba” cuente con muchos canales para
ver, por lo general las opciones son pocas y trilladas, o sea algo que puede
deprimir más que estar sin hacer nada.
Este fenómeno, de contar con tantos canales sin nada
digno de ver, ocurre en todo el mundo, porque
es el “rating” que tienen los programas el que obliga a saturar a la audiencia con películas o series parecidas, con los mismos efectos especiales y las mismas
dosis de sangre salpicando las cámaras.
La radiotelevisión pública de Noruega, Sakte-TV, nos sorprende inaugurando un nuevo modo de
hacer televisión, la Slow TV o Televisión lenta, con una serie de programas
filmados en tiempo real, que se han convertido en ese país en grandes éxitos televisivos
en los horarios de mayor audiencia.
En ese canal se puede ver por ejemplo una filmación
sobre una jornada de pesca del salmón de 18 horas; o cómo se queman los leños
en una chimenea; mujeres tejiendo toda
la noche, un viaje en tren completo o un recorrido por la costa del país durante
134 horas.
Thomas Hellum, uno de los directivos de Sakte-TV y productor
de estos programas reconoce que no sabe si durante estas filmaciones en tiempo
real, ocurrirá algo de interés no programado, pero cree que, como en la vida, generalmente
no pasará nunca nada inesperado.
El éxito de esta propuesta motivó a Netflix a
comprar dos de estas producciones “Un viaje por el canal de Telemark” y “La
noche nacional del tejido de punto”.
En Noruega, los inviernos son muy fríos, los días
son muy cortos y las noches muy largas.
No debe ser fácil adaptarse a ese clima riguroso,que favorece los estados depresivos.
No por nada en esos países cercanos al Polo Norte existe una alta tasa de alcoholismo y de suicidios.
Sin embargo, la depresión es un estado anímicos que no sólo depende del ambiente externo sino del modo de vivir las circunstancias que tiene cada uno.
Malena Lede (Psicóloga)
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