Lo amo pero también lo quiero dejar -Psicología Malena Lede




La relación de pareja no es fácil, porque implica amor y odio, deseo y rechazo, alegrías y tristezas, esperanza y desilusión; y estas contradicciones son las que a la larga destruyen cualquier vínculo.

El amor enceguece y sólo permite ver lo que se desea ver, pero una vez que se corre el velo que oculta la realidad, comienzan a parecer los defectos humanos que  nadie está dispuesto a aceptar.

Todos somos imperfectos, sin embargo la mayoría construye ideales y se aferra a ellos hasta que la desilusión se hace cargo de ellos; entonces, en lugar de aceptar que la imperfección es la regla y no la excepción, se renuncia a ese ideal y se intenta la búsqueda de un nuevo ideal.

El pasado siempre nos condiciona, por eso no podemos abandonar la idea de repetir historias aunque terminen mal, generalmente para revivir las experiencias primeras, cuando todo era color de rosa.
Pero todas las rosas tienen espinas y nadie las puede eludir porque forman parte de ella.

Todos queremos que otros nos hagan felices, sin embargo, esperar que la felicidad venga de afuera es ingenuo, porque la verdadera felicidad viene de adentro y se relaciona no con el recibir sino con el dar.

Las expectativas no resueltas son las que nos impiden ser felices, comencemos renunciando a ellas y aceptemos lo que Es como Es.

La aceptación de lo que Es como Es, produce milagros porque son los requerimientos y las exigencias las cuestiones que desgastan a la pareja.

Hay personas que se convierten en mochilas tan pesadas que son imposibles de cargar.  Dejemos de convertirnos en cargas y caminemos sobre nuestros propios pies aceptando que somos los únicos responsables de nuestra felicidad y de nuestro destino.

No se trata de cambiar parejas, se trata de cambiar uno, de ser diferente, de dejar de perseguir quimeras, de darse cuenta que la pareja no lo es todo y que lo más importante es la realización de uno mismo.

La persona que se realiza se vuelve cada día más interesante, menos demandante y más sorprendente; porque de lo contrario se tiende a proyectar en la pareja la propia frustración personal.

Estas personas no necesitan que le manden todos los días mensajes cariñosos, ni que les digan te amo a cada rato, porque se valoran y saben que son dignas de ser amadas y cuidadas.

Solamente cuando nos atrevemos a hacer lo que tenemos que hacer podemos amar a otro sin condiciones, porque ese amor no será posesivo ni dependiente, será amor verdadero.

Malena Lede - Psicóloga