No le agrado a mi madre o a mi padre o a ninguno de
los dos, de algún modo los he defraudado, y aunque me esfuerzo, haga lo que
haga, no logro satisfacerlos.
No les agrado, básicamente, porque no puedo competir con el ideal de hijo
que hubieran querido tener; porque soy
gordo, porque soy flaco, porque soy bajo porque soy alto, porque no me gusta
estudiar, porque no tengo un título, porque creen que soy un fracasado, porque
no les gustan ni mi trabajo, ni mis amigos, ni mis novias ni mi mujer.
¿Qué debo hacer? Tal vez debería esforzarme para agradarles, o amargarme, aislarme, irme lejos o atreverme a
seguir adelante con mi vida como soy,
sin su aceptación, y ser capaz de escuchar sus críticas sin alterarme y
hasta de sacar provecho de ellas, porque sin duda alguna, es verdad que en
algún aspecto, podrían tener razón.
Nadie es perfecto, incluso nuestros padres pueden
defraudarnos por no cumplir nuestras expectativas y desilusionarnos con sus
conductas, sus actitudes y hasta con sus consejos.
Pero también es cierto que muchos hijos, por
alguna razón, no aprovechan sus recursos, su posición económica, su inteligencia, su
físico, su salud, y hasta su vocación.
En general los padres aman a sus hijos, pero les resulta difícil verlos malograr sus vidas, que no puedan ser felices ni disfrutar de sus logros ni tengan interés de hacer algo que realmente
los gratifique.
Los hijos no hacen lo que los padres les dicen sino
lo que los padres hacen y si sus padres
han sido personas con asignaturas pendientes pueden sentir que intentan realizarse y cumplir sus propias expectativas a
través de ellos.
A pesar de los errores que cometen los padres con
los hijos, lo mejor es aceptarlos como son porque de lo contrario, estamos haciendo lo
mismo que ellos, o sea, deseando que sean como queremos y no como ellos
realmente son.
Sea cada uno tal cual es, e intente hacer la mejor versión de sí mismo, sin esperar agradar a los demás, ni siquiera a sus padres; porque lo más importante es ser fiel a uno mismo.
Malena Lede - Psicóloga
Malena Lede - Psicóloga
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Esta frase "A pesar de los errores que cometen los padres con los hijos, lo mejor es aceptarlos como son porque de lo contrario, estamos haciendo lo mismo que ellos, o sea, deseando que sean como queremos y no como ellos realmente son." sin duda es de las mejores. Muy buenos consejos
ResponderEliminargracias, malena lede
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