Somos seres perfectibles que nunca seremos perfectos,
con un permanente hueco en el alma que
nos empuja a una búsqueda interminable.
La relación de pareja también es el escenario que
promete dicha y serenidad pero también donde pueden nacer la ira, el desdén, la
desesperanza, el egoísmo, la traición y la competencia.
En las relaciones sentimentales la lógica no
funciona porque las emociones nublan el entendimiento. Podemos ser capaces de las acciones más
elevadas pero también de sucumbir en un mar de tinieblas insondables.
Los sentimientos nos obligan a navegar por un mar de
ambigüedades y a no poder soportar el vacío que genera la angustia.
En lugar de aceptar los opuestos como el desafío
propio de la existencia, los rechazamos; y esos sentimientos que deberían sobrevivir
las tormentas y templar los corazones terminan extinguiéndose.
Aunque todos sabemos bien que las cosas de este
mundo no duran para siempre sino que se transforman, pretendemos vivir una
eterna luna de miel; y cuando esta se agota y deja lugar a la placidez de un
amor duradero, nos desconcertamos y no estamos dispuestos a crecer.
Así, las relaciones terminan dejando una secuela de
grandes sufrimientos y unas cenizas que nunca se apaga.
La distancia nos hace cambiar de perspectiva y quien
antes nos parecía detestable, incomprensible, indiferente y poco confiable, de
pronto, como por arte de magia, comienza a recuperar todo lo que alguna vez nos
enamoró.
La mente sólo atesora lo bueno e intenta por todos
los medios de olvidar lo malo, por eso podemos correr el riesgo de repetir
historias.
¿Cómo despertar de ese sortilegio inevitable que
pone en peligro una nueva relación más madura, más sana y más afín a nuestras
necesidades? Una buena manera es tratando
de recordar lo que hizo que esa relación terminara, evitando las
idealizaciones, reflexionando y manteniendo firmes las convicciones.
No olvidar que las personas no cambian demasiado,
que hay que aprender a lidiar con la incertidumbre y que las dudas sólo se
despejan con el firme propósito de ser feliz dejando atrás el pasado, confiando en nosotros mismos y en nuestras
decisiones.
Malena Lede - Psicóloga
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Buenas tardes doctora
ResponderEliminarLe comento mi caso, mi novio y yo llevamos 1año de novios. Meses atras me hice amiga de una chica, que resulto ser la ex de mi novio, me comento que habian estado por 3 años y habian terminado "por que ya no sentian lo mismo" mas ella sigue enamorada de el y me comento que ellos dos habian hablado para darle pesame y la conversacion se habia alargado, eso mi novio no me lo comento... me enojo su falta de confianza y le dije a mi novio por mensajes que no sigamos... el dijo que respetaba mi desicion y me borro de todo.
Me duele mucho, ni siquiera me escribio mas pese a que decia que me amaba, no hizo nada y se fue
Yo lo quiero mucho no se si es sano volver con el pese a que creo que aun quiere a su ex.
Hola Lucía Paredes, no pierdas el tiempo con ese hombre que mostró no tener más interés. Olvídalo porque no es digno de confianza. saludos, malena
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