Según la opinión del profesor Laurent Mottron, catedrático
de la Universidad de Montreal, publicada en el artículo No.64 de la revista de
Investigación y Ciencia “Mente y Cerebro”; la colaboración de un autista en determinadas
áreas laborales, puede representar una gran ventaja.
Estas personas suelen tener un alto índice de respuesta
en los tests de inteligencia no verbales y un excelente desempeño en tareas de
investigación; sin contar a la capacidad de los que se hicieron famosos por su increíble memoria y talento.
No sólo se destacan por su alto rendimiento para la
investigación sino también por su capacidad de aprendizaje, sus dotes
intelectuales y sus cualidades personales, llegando a superar a personas no
autistas en gran cantidad de aspectos.
Sin embargo, uno de cada diez personas afectadas de
autismo no habla, no tiene empleo y depende de sus padres; porque son pocos los
que están dispuestos a aprovechar sus eventuales talentos, sin prejuicios.
Las investigaciones que se realizan a nivel
científico mediante resonancia magnética funcional interpretan las diferencias que
se observan en la activación de ciertas áreas cerebrales como déficits y no
como una organización cerebral distinta que podría ser ventajosa para esos
sujetos.
De esta manera, muchos autistas podrían brindar
valiosos aportes a la sociedad bajo condiciones adecuadas y no reducirse a
tareas repetitivas o serviles.
Sabemos que el autismo afecta la comunicación, la
habilidad social y la capacidad motora, condición que los hace más dependientes
y menos capaces de conducirse normalmente en la vida cotidiana; pero esto no
representa un obstáculo infranqueable como para que puedan desarrollar su
potencial, tanto en tareas de investigación como en el área de la informática.
Su capacidad de concentración y su extraordinaria
memoria perceptiva y de retención de datos supera a muchas personas que no
padecen autismo lo que los puede llevar a convertirse en expertos en temas
científicos y también en otras áreas que exijan estas destrezas.
Estos individuos necesitan más ayuda específica y
oportunidades y menos tratamientos
complicados; y que su condición sea considerada, evaluada e investigada como
una variación de la especie y no como un error de la naturaleza.
Una sociedad evolucionada se caracteriza por su
capacidad en tratar de insertar a todos los individuos que la integran, incluso
a aquellos que poseen capacidades diferentes.
Malena Lede – Psicóloga
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