La moral es el conjunto de reglas para comportarse
en la vida en función del propio criterio del bien y del mal, incluso cuando no
haya nadie a nuestro alrededor que nos mire.
Significa juzgar por sí mismo y exigirse, aún con el
riesgo de perder privilegios personales.
Tener una conducta moral significa que en todas
nuestras decisiones seremos capaces de tener en cuenta a los otros y que ese
comportamiento no se debe al temor al castigo sino al deseo de ser fieles a
nosotros mismos y a nuestro propio código de valores.
Elegimos ser canallas o personas de bien que
obedecen sus deberes, cumplen con sus responsabilidades y con los imperativos que consideran legítimos. Es la ley que nos imponemos, sin
esperar recompensa.
El único juez verdaderamente justo es nuestra
conciencia, porque sólo nosotros podemos saber con qué intenciones hemos
actuado en cada momento dado.
¿Qué es lo que está bien y lo que está mal? En todas
las épocas, el desprecio por la vida ajena, como la crueldad, la violencia, la
dominación, el asesinato, la discriminación, la violación y la falta de respeto
por los bienes de otros, son acciones que comprometen la paz, la supervivencia y la
dignidad del hombre.
La falsedad termina con todas las instituciones,
porque si todos mintieran desaparecería la confianza y no se podría realizar
transacción alguna, ya que toda negociación o intercambio exige tener en cuenta
previamente ciertas expectativas de cumplimiento.
¿Cómo se puede vivir dignamente en una sociedad
donde todo el que tiene una oportunidad le arrebata al otro lo que tiene?
Por otro lado, sin compasión y perdón sólo queda la
venganza que siempre es un arma de doble filo.
Lo que está destruyendo hoy en día a nuestra
sociedad es el egoísmo y la barbarie, el desprecio por los valores, la
satisfacción inmediata de los caprichos y llevar una vida sin ningún freno.
La moral es la dignidad de todo ser humano, es el
respeto por la humanidad, es la capacidad de reflexionar antes de actuar y es
creer en algo más que lo que nos pide el cuerpo, porque somos mucho más que un
cuerpo.
Aunque no existiera nada, más allá de lo que somos, igualmente tenemos
que conducirnos como humanos y actuar moralmente para ayudar a nuestra
realización personal como personas libres y contribuir a la realización de toda
la humanidad.
Necesitamos instituciones para solucionar los
conflictos de intereses, principalmente por el egoísmo de la gente y aprender
el arte de vivir en paz aun siendo rivales.
Las instituciones nunca serán perfectas pero es el
marco de referencia que tenemos que respetar para poder superar los
desacuerdos, los conflictos y las contradicciones.
La salud mental es principalmente tener la
conciencia tranquila y los inmorales no son más que bestias.
Malena Lede - Psicóloga
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