LAS CRISIS ECONÓMICAS Y POLÍTICAS - Psicóloga Malena Lede


Cantero de flores. Plaza Italia. Buenos Aires
Foto de Malena. 


Vivir en democracia no es fácil para las personas fanáticas o inmaduras, porque no son capaces de respetarla.

El poder del pueblo se prueba en las urnas;  luego hay que ser capaz de aceptar la derrota y ser buen perdedor.

Quedarse con la sangre en el ojo,  llenos de resentimiento y tratando de poner palos en la rueda a quienes ganaron dignamente en los comicios, es lo mismo que escupir para arriba porque también se verán afectados por las consecuencias de sus actos de rebeldía.

Las crisis económicas y políticas existen en todo el mundo en este momento de la historia en el que somos testigos de una gran revolución tecnológica.

No es fácil adaptarse a los cambios principalmente si no se está preparado para ser útil a la sociedad atreviéndose a ser más creativo y siendo capaz de aprender a cualquier edad para ganarse la vida de otra manera.

Los seres humanos somos muy versátiles y capaces de cambiar, sin embargo, la primera reacción para quienes creen que tienen la vaca atada y no pueden tolerar salir de su zona de confort es estar siempre en contra y a favor de nada, rechazar los cambios que pueden resultarles peligrosos, aunque esos cambios son los que hacen que esta vida sea más llevadera.

Durante un gran cambio se abren nuevas posibilidades inimaginable para todos, sólo hay que estar dispuesto y atento, ser positivo y no dejarse influenciar por los medios.

Los medios necesitan conflictos, muertes, accidentes, revoluciones y catástrofes para poder subsistir.  Sin todo eso, sólo quedan las buenas noticias, que lamentablemente no venden porque la masa quiere sangre.

Es importante darse cuenta que no importa quien gobierne, lo que verdaderamente importa es aprender a respetar las instituciones y ser capaces de emprender el desafío de capear los temporales y no rebelarse contra ellos.

Las crisis son necesarias porque significan cambio, el surgimiento de algo nuevo y una nueva oportunidad de crecimiento.

No nos neguemos a los cambios.  No nos dejemos llevar por  lo que piensan otros y seamos capaces de tener pensamiento propio.

Nadie es imprescindible como para pretender perpetuarse en el poder por creerse único.

Los cambios son saludables y la democracia es el único modo de evitar que se vuelvan a repetir historias y los errores del pasado.