MI PAREJA ME DOMINA - Psicóloga Malena Lede


(Foto de Malena)


La vida en pareja puede ser la mejor opción si existe el respeto mutuo, pero también resultar un calvario, si se trata de dos personas egoístas que pretenden hacer siempre su voluntad y arrastrar al otro a hacer lo mismo.

Claro que para que esto sea posible, o sea aceptar al otro como es y contribuir a favorecer su desarrollo, no hay que ser celoso, porque los celos son en primer lugar el motivo más común para no permitir que una pareja pueda ser feliz.

Estar en pareja no significa compartirlo todo, sino solamente algunas cosas, o sea lo que ambos realmente disfrutan juntos;  y no se convierte en motivo de discusiones.

A la primera señal de dominación es necesario tomar una decisión; o se accede a las exigencias sin discutir, o bien, se hace lo que la libertad individual exige y se afronta las consecuencias, siempre que no sea algo que vulnere el respeto por el otro.

De ese modo es como cualquier intento de dominio se disipa, ya que no encuentra ni resistencia ni eco alguno y la pareja hace lo que tenía pensado y deseaba,  haciendo uso de su libertad individual.

Por supuesto que hay que estar dispuesto a pagar el costo, o sea enfrentar las consecuencias, que por lo general se traducen como desplantes, indirectas,  malos modos,  indiferencia, ausencias a propósito, escenas histéricas, etc.

Sólo la fuerza del carácter hace que con el tiempo, la relación se vaya esquematizando y que ambos se vayan acostumbrando a la respuesta del otro y que la acepten, ya que  ya han probado que es inútil cualquier intento de manipulación.

No se puede renunciar a ser quien uno es porque el otro, que no es uno, no quiere; porque nadie tiene poder sobre nosotros si no se lo concedemos.

Aprender a tolerar las reacciones del otro aunque duelan es la clave, porque si uno no es capaz de hacerlo, está condenado no sólo a ser un títere sino a perder su individualidad y la oportunidad de Ser quien Es.

El amor implica comprender las necesidades del otro, ayudarlo a mejorarse, despojarse de egoísmos y no perder la libertad individual para poder desarrollarse y crecer.