LA ADAPTACIÓN A LA CUARENTENA - Psicología Malena Lede

Los seres humanos, para poder evolucionar a lo largo de los siglos,  han tenido que adaptarse a las más difíciles condiciones de vida..

Sin contar la furia de los elementos, los desastres ecológicos, las catástrofes más inesperadas, la humanidad  ha tenido que enfrentar además, guerras sangrientas, pestes y hambrunas, que no siempre pudieron controlar y que llegaron a diezmar ciudades enteras.

Las distintas enfermedades padecidas en Europa provocaron millones de muertes que no tuvieron  ninguna posibilidad  de salvarse, porque en esos tiempos sólo había que aceptar la adversidad con el mayor estoicismo.

Muchos siglos tuvieron que pasar para que los humanos pudieran controlar muchas enfermedades mortales, aunque en algunos lugares alejados del mundo desarrollado aún pueden existir enfermos de lepra,  poliomielitis,  tuberculosis, etc.  Sólo la viruela parece haber sido erradicada totalmente del planeta.

Existen todavía grupos humanos que viven muy alejados de la civilización, en el medio de la selva, de las montañas, en pequeñas islas ignoradas, donde también tienen que padecer sus propios males, pero que muchas veces pueden controlar con el poder curativo de las plantas.

Aceptan los avatares que tienen que vivir con naturalidad e intentan encontrar una explicación a las calamidades que viven apelando a los recursos de la naturaleza y también a sus creencias, tratando de lograr principalmente soluciones mágicas.

Nosotros, es la primera vez que tenemos que enfrentarnos a una amenaza que desafía el enorme desarrollo científico logrado y que parece ceder solamente con el aislamiento.

En un mundo superpoblado en que las personas sólo pueden sustentarse y cumplir su destino interactuando con muchas otras, de pronto hay que aprender a estar solo, mantenerse alejado de todo y de todos, aislarse, estudiar, trabajar y conectarse con familiares y amigos a distancia.

La experiencia presente parece mostrar que al principio es muy difícil adaptarse a esta inédita situación que cambia el estilo de vida, pero después de tres meses de cuarentena, de pronto, surge el impulso creativo, se recupera la fortaleza y se experimenta la adaptación frente a la adversidad.

Es como un duelo que hay que elaborar para poder seguir viviendo aún con todas esas pérdidas.

Nos acostumbramos a no abrazarnos ni besarnos ni darnos la mano cuando nos encontramos, a usar un barbijo cuando salimos, a tomar distancia de los otros y a lavarnos las manos a cada rato; y también empezamos a aceptar con mayor naturalidad la obligación de estar solos.

Los adelantos tecnológicos nos han ayudado mucho en estas circunstancias a superar esta crisis inesperada y difícil de sobrellevar para la mayoría de nosotros.

Vivir para afuera ya no es posible; porque ahora es imperioso vivir para adentro.  Esta nueva forma de vivir tal vez nos permita descubrir el maravilloso mundo que todos tenemos dentro y proyectar lo mejor de nosotros mismos.

Malena Lede.