La persona que se ve obligada a abandonar todos sus objetivos, su medio de vida y también sus proyectos, se da cuenta que esa calamidad que le sucede lo llevará inevitablemente a un derrumbe económico, lo obligará a cambiar su estilo de vida y lo dejará en la calle.
Seguramente sufrirá un desequilibrio psíquico y caerá en una depresión; comenzará a dudar de sus propias ideas y de su capacidad, se sentirá inútil, perderá la confianza en sí mismo y será incapaz de empezar de nuevo.
El trabajo, en gran parte, le da sentido a la vida; tanto para quien tiene su propia empresa como para quien trabaja para otro; por eso, cuando por alguna razón se termina, obliga a una nueva búsqueda de significado que no siempre es fácil..
En este momento, muchos de los que tienen su propio negocio han tenido que bajar sus persianas, dejar de trabajar, despedir a sus empleados e inevitablemente contraer deudas y perder su rol.
No cualquiera puede superar esta circunstancia sin experimentar la depresión usual que provocan las pérdidas, más los consecuentes conflictos familiares que inevitablemente se producen..
El resto del mundo que tiene asegurada su subsistencia, que no se dedica a los servicios esenciales, debe permanecer encerrado y alterar su rutina, por lo tanto, su calidad de vida dependerá en gran parte de la casa que tenga. Claro que hay cosas peores, como por ejemplo estar enfermo.
Parecería que el corona virus está sobre valorado; porque aunque no hay duda de que hay que respetar el protocolo de cuidados para evitar el contagio, las cuarentenas estrictas obligatorias, no siempre se cumplen.
Un informe de una importante empresa de medicina privada que dispone de numerosos centros de salud registra que el 80 por ciento de los infectados por corona virus en sus clínicas tienen síntomas leves o son asintomáticos; el 15% tiene síntomas moderados y el 5% presenta complicaciones graves, personas mayores de 75 años con patologías preexistentes, como enfermedades cardiovasculares o respiratorias o individuos que han recibido trasplantes de órganos.
A muchos, volver a vivir normalmente después de una cuarentena tan prolongada les va a resultar difícil. No pocos no volverán a abrir sus negocios y más de los que creemos habrán perdido sus trabajos que lamentablemente les será muy difícil reemplazar.
Para los mayores que están solos representa una prueba difícil en un momento de la vida en que existe una mayor necesidad de compañía.
Malena Lede
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