La vocación tiene un sentido más amplio de lo que muchos creen, porque no sólo se trata de satisfacer las necesidades individuales sino que también es indispensable que esa decisión pueda satisfacer las necesidades de los demás.
Elegir solamente para satisfacerse a sí mismo, sin tener en cuenta el contexto puede llegar a ser un esfuerzo inútil y una decisión equivocada.
No es casual que la gente sienta inclinación por algunas actividades y rechace otras, al contrario, puede que la armonía que existe en el Universo incluya también las diferencias individuales para que mutuamente los seres humanos se complementen.
Son muchos los que en algún momento tienen que aceptar trabajos que no coinciden con su vocación para poder sobrevivir, y se ven obligados a dejar para más adelante su propios deseos individuales, pero no necesariamente tienen que abandonar sus sueños ya que en algún momento pueden tener la posibilidad de hacer lo que realmente les gusta.
No todos siempre tienen la libertad de elegir, porque las circunstancias pueden conspirar en su contra y obligarlos a aceptar un trabajo que no coincide con sus aspiraciones. Por otro lado, son pocas las personas que nacen con una vocación bien definida, ya que la mayoría tiene la suerte de tener muchas vocaciones.
Nacer con una sola vocación puede limitar las posibilidades de desarrollarla plenamente porque sólo la diversidad de intereses es lo que puede favorecer la realización y el crecimiento personal.
Si tomamos decisiones sólo pensando en llegar a Ser sólo para nosotros mismos y dejamos de lado el Ser para otro, no hemos desarrollado la conciencia comunitaria y renunciamos a participar en la sociedad con nuestro aporte personal.
La sensatez es elegir en cada momento de nuestras vidas lo que nos gusta hacer y a la vez pueda satisfacer las necesidades de los demás y eso siempre en gran parte, es posible.
Es más fácil elegir una ocupación en una sociedad tan grande y compleja si se tiene en cuenta lo que está pasando alrededor y la sensibilidad para desear participar. Porque es cierto que somos nosotros y nuestras circunstancias y que no podríamos ser nada sin los otros.
Malena Lede
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