Es bastante común, que la gente bohemia, que no respeta ninguna regla y que acostumbra a vivir a su modo, sea también atractiva y simpática y tenga muchos amigos, aún no siendo confiables.
También es común que haya personas de poco carácter que no puedan evitar admirarlos, relacionarse con ellos e inclusive imitarlos.
Esa es la regla, pero también hay otros, los menos, que no sólo no se vinculan con gente indeseable sino que siempre tratan de evitarlos.
Este tipo de vínculo, entre personas de distinta forma de vivir y de pensar que tantas veces existe entre los opuestos muestra claramente el deseo de quienes los frecuentan y admiran, de ser como ellos.
Siempre nos identificamos con las personas que admiramos. Las primeras identificaciones son con los padres y todas las personas significativas y más adelante tienen gran influencia sobre nosotros todas las demás personas que se acercan a nosotros y nos rodean.
También es frecuente que los alumnos se identifiquen con sus maestros y profesores cuando los admiran y los quieren.
En la adolescencia los jóvenes enfrentan los cambios en grupo, de modo que las barras que se crean de chicos o de chicas son muy frecuentes.
En esos grupos, como en todo grupo sucede, surgen espontáneamente los distintos tipos de liderazgo, o sea el rol que a cada uno le resulta más fácil desempeñar según su personalidad y carácter.
Sentirse bien en el grupo es crucial para los adolescentes, por eso la gran mayoría está dispuesta a respetar sus leyes, aunque no concuerden con las costumbres de la familia o con las normas de la sociedad en que viven.
¿Qué significa tener carácter para poder discernir entre lo que está bien y lo que está mal? El carácter es el conjunto de rasgos funcionales que distinguen a los individuos, el modo de ser de cada uno y sus cualidades morales. Por lo tanto, son cruciales las identificaciones y la internalización de los valores familiares desde la infancia.
Como las identificaciones son posibles gracias a los vínculos afectivos que existen entre los padres y los hijos, el carácter de una persona depende de ellos.
En la actualidad, con tantas familias separadas, ensambladas y no convencionales, es mucho más difícil para los descendientes desarrollar el carácter y por esta razón pueden ejercer tanta influencia sobre ellos los grupos de pares.
Las instituciones educacionales pueden ayudar a formar el carácter de un niño, por eso es tan importante que todo menor, sea cual sea su condición, tenga acceso a la educación.
Algunas escuelas filosóficas sostienen que el conocimiento del bien y del mal está en todos nosotros, independientemente de cuál ha sido nuestra educación; que la conciencia es una instancia que orienta nuestras decisiones y que el mal es la consecuencia de graves experiencias traumáticas.
Malena Lede
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