SER VIEJO O SENTIRSE VIEJO - Psicología Malena Lede

   ¿Cuál es la verdadera edad que tiene una persona, la edad cronológica que es la que registra el tiempo que ha vivido y que certifica su documento de identidad, o la edad mental, esa edad que aparentan quienes se niegan a envejecer y los muestra siempre activos y entusiastas como cuando eran mucho más jóvenes?

   Es indiscutible que la edad mental es la verdadera edad, porque todos sabemos que existen jóvenes viejos y viejos jóvenes.

   ¿Cuál es la fórmula para sentirse siempre joven aunque los años amenacen con derrotar esas intenciones?

   Lo que hace posible sentirse siempre joven es siendo una persona optimista que tiene todavía algo por qué vivir,  que piensa como si fuera a vivir siempre, que tiene proyectos y muchas cosas que decir, que se mantiene abierto al cambio, que está bien informado e interesado en todo, que no pierde nunca el buen humor, que siempre tiene una sonrisa en los labios y ganas de divertirse y pasarla bien.

  La vida es movimiento de modo que hay que mantenerse activo siempre, caminar diariamente, tener amigos, leer y estar siempre atento y bien dispuesto a enfrentar cualquier desafío.

  Los viejos jóvenes son los que comen para vivir y no viven para comer, los que prefieren los productos frescos y de estación, los que tienen conciencia de las señales de cansancio y no cometen excesos y los que cuidan su presencia hasta el último detalle.

   La soledad puede atentar contra todas estas buenas intenciones cuando se ha vivido toda la vida en compañía y puede exigir un mayor esfuerzo para no perder la alegría de vivir.

   Aún  cuando las pérdidas  amenacen con hacer desaparecer toda esperanza;  está comprobado que cuando se viven los duelos en forma sana, se puede continuar viviendo sin perder el optimismo, crear nuevas relaciones y nuevos proyectos.

  Desde el punto de vista orgánico, el cuerpo humano tiene la capacidad de vivir ciento veinte años saludables, siempre que logre adaptarse a las nuevas condiciones que le impone el paso del tiempo.

  Tal vez en un futuro no lejano la expectativa de vida sea aún mayor, entonces habrá que mantener la mente abierta, aceptar lo nuevo, aunque sea difícil y estar siempre dispuesto a cambiar y a aprender.

Malena Lede