Está demostrado que casi el noventa por ciento de las personas que necesitan internación por haber contraído Covid19 no están vacunadas o sólo recibieron una sola dosis.
Las cifras no mienten, y representan una prueba fidedigna de que las vacunas son eficaces.
No sólo esta vacuna resulta eficaz para prevenir esta enfermedad, porque todas las demás vacunas que conocemos, han servido para erradicar definitivamente la viruela, y para que en poco tiempo también se pueda terminar definitivamente con la parálisis infantil, el sarampión, la tos convulsa, la escarlatina, el cólera, la fiebre amarilla y con casi todas las enfermedades infecciones en todo el planeta.
Más que un obstáculo científico, el hecho de que todavía se registren casos de esas enfermedades es un problema político y hasta religioso, porque hay zonas del planeta en que las autoridades les prohíbe a su población recibir vacunas.
Me pregunto qué harían los anti vacunas si los llega a morder un perro rabioso. Se dejaran morir de rabia irremediablemente, ya que es una enfermedad incurable y de horrible desenlace o si aceptarían de buen agrado ponerse la vacuna antirrábica para salvarse.
El Covid19 pronto dejará de ser una pandemia y se convertirá en una enfermedad endémica, o sea una patología estacional que se podrá controlar con la vacuna y que raramente producirá desenlaces trágicos.
No es la primera vez en que la opinión de la gente se divida en pro-vacunas y antivacunas, porque si bien es cierto que las estadísticas también registran personas que han tenido reacciones secundarias severas al recibir ciertas vacunas contra el Covid 19, a millones no les pasó nada y además es la única forma que se conoce de terminar con un flagelo que ha matado a mucha gente en estos últimos dos años.
YO ME VACUNÉ DOS VECES Y MAÑANA RECIBIRÉ LA TERCERA DOSIS DE REFUERZO, no solamente para evitar enfermarme sino también para poder transitar libremente por el país y por el mundo entero, si quisiera viajar al extranjero.
Yo elijo arriesgarme vacunándome y no enfermándome.
Esta es una enfermedad que se transmite por el aire como reguero de pólvora, que es incontrolable y que no sólo nos obliga a permanecer encerrados y a privarnos de muchas actividades recreativas normalmente, sino que también nos mantiene alejados de nuestros seres queridos; que nos ha hecho perder amigos o distanciarnos de ellos demasiado tiempo, que ha interrumpido muchos tratamientos médicos que eran importantes y que nos ha obligado a postergar celebraciones y hasta a cancelar bodas,
Las cifras no mienten, hasta ahora es mucho más seguro vacunarse que enfermarse, elijamos el mal menor si es que tanto le temen a la muerte, y que sea lo que Dios quiera.
Además, el sólo hecho de estar vivo casi es un milagro porque estamos rodeados de peligros, cuando manejamos, cuando viajamos en el transporte público, cuando cruzamos la calle en avenidas de mucho tránsito, cuando volamos en aviones, cuando nadamos en el mar, cuando andamos en bicicleta por la ciudad y hasta nos puede sorprender una tormenta en el medio del campo y partirnos un rayo, porque es cierto que la seguridad en esta vida no existe, que vivir es estar dispuesto a transitar por la cuerda floja a gran altura y tener el coraje de no retroceder ni dejarse vencer sino de seguir avanzando.
Malena Lede
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!