La baja autoestima nos lleva a tolerar insultos y golpes por creer merecerlos. Esta actitud se convierte en un hábito y en un modo de relacionarse, arriesgando la propia integridad física, ya que los golpeadores interpretan que los castigos con los que someten a sus víctimas no son suficientes y buscan nuevas formas de ataque más efectivos.
Los hombres golpeadores han sido a su vez golpeados por sus progenitores. Han aprendido que la única forma de lograr obediencia y de que los demás satisfagan sus deseos y no lo contradigan es el castigo.
Pero todos ya sabemos que con el castigo no se logra el aprendizaje deseado sino que sólo se aprende a evitar el castigo.
Ese es el principio fundamental del condicionamiento básico que se utiliza para adiestrar animales. Se puede lograr que un animal se comporte como queremos, premiándolo cuando realiza lo que queremos que aprenda, nunca castigándolo, porque con el castigo sólo aprende a evitarlo.
Los niños pequeños también pueden aprender conductas mediante el condicionamiento, pero no es lo ideal. Lo mejor es enseñar a los niños con el ejemplo, ellos desean ser como sus padres porque los admiran y los aman.
Al hombre golpeador hay que obedecerlo o dejarlo, porque no puede contener su ira y es capaz de matar para desahogarse.
Si puedes seguir amando a quien te golpea, no te respetas a ti misma y prefieres creer que si te golpea es porque te ama.
Lejos de mejorar tu imagen ante él, tu sometimiento hará que cada vez te aprecie menos, que compruebe que no eres suficiente para él, que se arrepienta de haberte conocido, que quiera hacerte desaparecer.
Los asesinatos pasionales empiezan con los golpes y con la aceptación de las víctimas de esos golpes.
Un hombre no necesita tener un arma, porque puede matar a su mujer con sus propias manos, ya que obviamente tiene más fuerza y es más corpulento que ella.
Todas las mujeres merecen ser respetadas y amadas. Sus parejas deberían reconocer todas sus aptitudes, el amor que les brindan a los hijos y todo el trabajo que realizan afuera y en la casa. Sin embargo, la actitud de muchos hombres suele ser de desprecio.
La raíz de todo este drama es una mala relación sexual que la mujer no puede aceptar y eso es lo que principalmente enfurece a ciertos hombres, que en lugar de aprender cómo tratar con inteligencia y eficacia a una mujer, prefieren seguir en la ignorancia y usarla para su propia satisfacción sin tener en cuenta las necesidades de ella.
El hombre con una sexualidad inmadura y sin educación, es altamente probable que también sea alcohólico y que se comporte peor que un animal, porque el alcohol, como toda otra adicción, puede reemplazar la apetencia sexual por la violencia.
Se transforma en un clásico. Vuelve borracho y quiere hacer el amor, pero es rechazado por su mujer porque está alcoholizado, y eso es lo que origina la violencia.
Los hijos pueden ver todo ese proceso y entonces, cuando crezcan harán lo mismo.
Malena Lede
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