MALDITA CUARENTENA - CAPITULO XIV



LAS EPIDEMIAS  

 

   Las plagas han existido en todas las épocas y han afectado a todas las especies, tanto animales como vegetales.

   La peste, la lepra y la viruela hicieron estragos en las civilizaciones más antiguas del mundo,  desde la Edad de Bronce hasta fines del siglo XIX.

   Durante la epidemia de peste de 1649, llamada Gran Peste de Sevilla, murió poco menos de la mitad de la población de esa ciudad

      Las epidemias de cólera en España ocurrieron desde el principio hasta finales del siglo XIX y la pandemia de gripe de 1918, conocida como gripe española, que ya hemos mencionado en este libro, fue causada por el virus de la gripe Tipo A subtipo Hl Nl que en sólo un año causó la muerte de veinte a cuarenta millones de personas, llegando a alcanzar su tasa de mortalidad a casi la mitad de la población mundial

   En Buenos Aires, Argentina, la fiebre amarilla trasmitida por un mosquito, se extendió desde 1852 hasta 1871, matando al 8 por ciento de la población de la ciudad, y la epidemia causada por el virus del dengue,  ocurrida desde 2019 al 2022,  que  también fue transmitida por un mosquito, es considerada la peor de la historia argentina.

   La epidemia de viruela, ocurrida en Tenochtitlan, México, se desencadenó después de la conquista española, que se propagó entre los indígenas que para ese entonces no contaban con ninguna defensa inmunológica.

   El brote de Ébola en África Occidental, en 2014, llegó a desbordar el sistema de salud y fue considerado uno de los más devastadores de la historia.

   Otra grave epidemia se declaró a partir de 2019  en la República Democrática del Congo, en África y que todavía continúa en lugares donde no llega la vacuna, es la de sarampión, considerada una de las peores por la gran cantidad de personas fallecidas.

   El cólera, la malaria, la meningitis, son epidemias que suelen aparecer espontáneamente, desarrollarse a partir de enfermedades endémicas en lugares donde nunca existieron o presentarse en forma periódica y continuada en una zona específica, como la malaria, el chagas o el dengue.

  Afortunadamente el gran desarrollo de las vacunas ha evitado muchas muertes en zonas donde se pudieron administrar.

  El virus VIH (del Sida), también es considerado una pandemia que ha provocado muchas víctimas; y aunque existen métodos de prevención  y tratamientos eficaces que pueden controlarla, todavía no tiene cura.

  Esta es una enfermedad que tiene una mayor incidencia en países del Sur de África que es donde todavía se desarrolla en muchas personas.

    Una epidemia es una forma de mecanismo de autorregulación que tiende a evitar la superpoblación de cualquier colonia de seres vivos.    Por otro lado, en las grandes ciudades parecen ser imposible evitar la acumulación de basura a cielo abierto, la polución, la emisión de gases tóxicos del tránsito y de las industrias sin provocar una crisis económica mundial.

  A todo eso se suma el hacinamiento, la contaminación de los alimentos, el estrés, las drogas, la decadencia moral, la pérdida de valores, los factores climáticos desfavorables, las catástrofes naturales y los viajes aéreos que son los que propagan con mayor rapidez las enfermedades transmisibles.

  Sin embargo, a pesar de todo esto,  somos afortunados en vivir en esta época en que la ciencia ha logrado hasta ahora producir vacunas para  controlar en poco tiempo, graves epidemias como la que hemos sufrido últimamente.