EL MIEDO AL CONTAGIO
El miedo es una emoción básica humana que nos preserva de los peligros que pueden acecharnos; es diferente del miedo patológico que paraliza y no permite el crecimiento y desarrollo normal de una persona privándola de muchas experiencias de la vida por evitar enfrentarlas.
Tener miedo no evita por sí mismo las
situaciones que se temen, al contrario, disminuye las defensas y quita la espontaneidad; y en el inútil afán de evitar lo que se teme
expone a sus víctimas a sufrir otros daños colaterales aún más peligrosos que puede llevarlas a dañar a personas inocentes
para defenderse de ataques imaginarios.
El miedo al contagio no evita contraer una
enfermedad, solamente provoca a la persona
una desproporcionada inquietud y una obsesión por cuidarse que
llega a dificultar su normal modo de vida, a aislarse de todos y a renunciar a
cualquier actividad que implique un posible contacto humano que le pueda
transmitir la enfermedad que tanto teme.
El miedo nos quita la libertad y nos
convierte en esclavos de todo lo que tememos.
En este caso específico del temor al
contagio, el miedo es inútil porque nos hace más vulnerables.
Por esta razón en estas circunstancias, lo mejor es tener cuidado, evitar las aglomeraciones, usar barbijo, lavarse las manos
repetidamente y principalmente, completar el protocolo de vacunas.
Después de la pandemia de Covid19, hay que continuar con la vida normal y dejar de pensar en ello porque también existen
otras gripes endémicas, que en su momento provocaron muchas víctimas
mortales, así como muchas otras infecciones estacionales, o traídas de otros países del mundo en los numerosos vuelos internacionales.
Aunque preferiríamos ignorarlo, la experiencia nos muestra que el solo hecho de vivir en una gran ciudad resulta ahora, tanto o más peligroso que contraer el virus Covid 19.
Estar totalmente seguros se está convirtiendo en una utopía, ya que se producen más muertos por accidentes de tránsito que por enfermedades transmisibles.
El mal humor, las peleas hogareñas, los
problemas económicos o laborales, las frustraciones, las desilusiones bajan nuestras
defensas inmunológicas y nos hacen más propensos a enfermarnos de cualquier cosa.
La alegría, el optimismo, el buen estado de
ánimo ayuda a tener buena salud al margen de los posibles problemas
que nos amenacen.
La vida tiende al desarrollo y a la
expresión de las potencialidades pero cuando los individuos se sienten
aislados, llenos de dudas, miedos y desconfianza, surge en ellos un impulso
destructivo que nubla su razón y que los convierte en presa fácil para las
enfermedades.
Cuando nos liberamos del miedo nos despojamos de una pesada carga y es cuando por fin aceptamos la providencia, sin oponerle resistencia
Así, el cielo se aclara,
la luz de la inteligencia nos ilumina y podemos seguir transitando por la vida
totalmente entregados a ella.
No hay garantías pero nos protege la sensación de no estar totalmente solos, de que de algún modo un hilo delgado nos separa de las tragedias y no permite que nos alcancen; y que si pensamos en positivo podemos cabalgar sobre la buena onda que es la que hará posible que alcancemos nuestras metas.
El pensamiento es como un imán que atrae lo que se le asemeja y el miedo es el que crea los pensamientos negativos provocados por la confusión y el caos.
El coraje es lo opuesto al miedo y es lo que nos ayuda a cumplir nuestras metas y a poder seguir adelante.
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ResponderEliminarAhora parece mas facil escribir comentarios
EliminarTal cual!! No hay q tener miedo! Hay q cuidarse y encomendarse a Dios q nos proteja! No estando en lugares con mucha gente, es prevenir!
EliminarHola, Malena! Qué tal está? Espero que estés mejor! Yo escribo para que vea que estoy vivo. Es decir, que a lo mejor estaba preocupada también por no saber de mí. Aunque con todos estos miedos por todos sitios. A la enfermedad el coronavirus, a la vacuna que algunos creen nociva,...
ResponderEliminarDicen que las abejas no están bien hechas para poder volar, que su aerodinámica es deficiente. Y la naturaleza hace lo que parece imposible.
No sé mucho de lo que digo. Lo leí en un libro.
Quiero decir, que todo es posible. Es posible lo Bueno, luchando.
Esta semana que se está yendo hicimos de voluntarios para el banco de alimentos. Beneficencia. Proponiendo a los clientes del supermercado si podían dar comida pa los necesitados. Recogimos montón de cajas llenas de alimentos donados por gente con poco dinero y mucho corazón.
Mi novia y yo fuimos a pedir pa los pobres allí. Nos sanamos todos. Hacer el bien en buen ambiente es curativo.
Bueno, lo pongo un poco rosa todo. Era un poco claroscuro. Y que conste que yo hace años era agarrado como un pasamanos. Egoísta. Por imitación a mi padre. Y ahora soy generoso. También.
Buen día
Si las abejas vuelan tan regordetas, todo es posible.
Buen día, Malena! Jejeje
Pablo Manuel