DESPUES DE LA PANDEMIA


Último Capítulo 

DESPUÉS DE LA PANDEMIA


CAPÍTULO 10


EL OLVIDO



   A pesar de que nada será como antes de la pandemia que el mundo ha padecido, que se llevó tantas vidas, que nos condenó al ostracismo, que terminó con tantos trabajos, y que separó a las familias y a los amigos; la naturaleza nos ha dotado de una capacidad invalorable que es el olvido, ese paréntesis cerebral que a pesar de las peores vicisitudes que nos puedan ocurrir, nos permite seguir viviendo y seguir disfrutando de la vida.

  Si no existiera el olvido y en nuestra mente permanecieran intactos y vívidos cada uno de nuestros recuerdos,  sería lo mismo que experimentar el infierno en vida.

  ¿Qué sería de nosotros reviviendo una y otra vez cada pérdida, cada sinsabor, cada sufrimiento, cada mal rato o disgustos vividos?  No habría crecimiento ni creatividad y no tendríamos futuro.   

  No sería vida sino una terrible condena, una pesada cadena que nos impediría tener nuevas experiencias y la posibilidad de ser felices.

  El olvido nos defiende de la desesperación, nos permite aceptar lo ocurrido y dejar de sufrir; porque sólo recuperando la esperanza se puede seguir.

  El que se resiste a olvidar y se aferra a las tragedias que ha padecido,  se deja vencer por la negatividad y por el temor al futuro;  convencido de que la fatalidad es su destino, vive las pérdidas y las desilusiones como castigos  y pierde la energía para enfrentar nuevos desafíos.

  La vida siempre nos pone a prueba, a veces como si quisiera saber hasta dónde somos capaces de soportar sin desmoronarnos para siempre.

  La capacidad de olvidar reduce el sufrimiento y convierte los largos y penosos acontecimientos vividos en apenas un instante, borrando las penas y ayudándonos a creer en un mejor futuro.

     Olvidar no significa no haber amado, ni ser indiferentes a todas las experiencias de la vida, es la capacidad de ser valientes aceptando los hechos que no dependen de nosotros y que amenazan nuestra capacidad de enfrentar nuevos desafíos.

    Tenemos que estar dispuestos a luchar por lo que queremos,   mirando siempre adelante y pensando en positivo;  convenciéndonos que ningún nefasto acontecimiento inesperado puede malograr nuestro destino si aceptamos lo que no podemos cambiar y aprovechamos las oportunidades que nos ofrece la vida;  porque sólo se puede recuperar la esperanza si hay olvido.


                                        F  I  N