Cómo medimos la felicidad que tenemos y que casi siempre olvidamos? Porque somos más conscientes de nuestras carencias y frustraciones que de todos nuestros logros y buenos momentos.
La felicidad es un estado de Gracia, de plenitud, de satisfacción, de sentirse realizado, de estar en paz con uno mismo y con los demás, de tener ganas de seguir construyendo futuro, de empezar proyectos, de conocerse más y de aprender a amar a los otros tal cuales son.
Ser feliz es una habilidad que se puede adquirir.porque nacemos con esa capacidad y porque siempre podemos cambiar. Tenemos un cerebro con la plasticidad suficiente como para abandonar viejos hábitos que no nos sirven y adquirir nuevos que nos hagan crecer y prosperar.
Prestar atención es la clave para conocer otros caminos y elegir otro destino, porque en general estamos todos demasiado distraídos dedicando tiempo a actividades banales y a la vida de otros.
Por eso es importante saber qué es lo que nos distrae y enfocar la atención para poder cambiar y crecer.
Es necesario apagar esa voz interna que nos critica y nos hace retroceder por el miedo al cambio, sin olvidar que los pensamientos son los que escriben el guión de nuestras vidas si los dejamos que participen siempre en nuestras acciones.
Elegir cuidadosamente lo que pensamos nos hará más auténticos, más decididos, más creativos y sanos.
Perdonemos todo a todos y perdonémonos nosotros mismos, tratando de no ser tan estricto con nuestros juicios, ya que pocas veces somos dueños de la verdad y muchas son las que nos equivocamos.
La felicidad es un estado personal y único para cada uno porque todos podemos ser felices con cosas diferentes.
El proyecto de vida salva vidas, es el hilo conductor que nos guía, la llave maestra para lograr cumplirlo.
Sin proyecto navegamos a la deriva sin timón, lo que hace que a la menor briza sozobremos, sin olvidar que cuanto más ambicioso el proyecto mayor será nuestro interés en lograrlo.
Malena Lede
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