DIARIO DE UN VIAJE A EUROPA-PARTE 10-

BELGICA

   Hoy, despiés de un desayuno más que variado y abundante, haremos la visita panorámica a la Ciudad de Bruselas.

   Llegamos a la Gran Plaza  rodeada de los edificios más antiguos, estilo gótico flamenco, que datan de los siglos XVII y XVIII; antiguamente ocupados por panaderos, carniceros, etc.

   La ciudad se parece a Francia, pero no demasiado cuidada ni uniforme  porque contrastan edificios antiguos con edificios modernos más altos. Circulan por esta ciudad tranvias de dos pisos.

   Pasamos por la residencia que en estos años ocupaban la reina Fabiola y el rey Balduino; y por el Atomiun, un monumento que simboliza la guerra atómica.  Se trata de un átomo de 102 metros de alto que fue construido en 1958 para una exposicion.  Es de cristal y hierro y simboliza un átomo 200 millones de veces mas grande.

   Mas adelante está el parque de la ciudad que cuenta con árboles añosos, matas y enredaderas, formando un tupido bosque silvestre.

   Luego, el palacio de Laiken,  los invernaderos y la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de Laiken, que es majestuosa.

   La parte alta de esta ciudad, en general es muy moderna con edificios de gran altura, muchos ellos de vidrio.

   Es una ciudad muy cosmopolita con una población muy heterogenea, con  italianos, árabes, españoles, turcos y africanos.

   Así finaliza nuestra fugaz visita a Bruselas porque a continuación salimos a la ruta rumbo a Alemania.

   Ahora, tendremos que recorrer 167 km. hasta la frontera con Alemania y 63 km. más hasta Colonia  donde haremos una parada para visitar la Catedral.

   El camino, bordeado de árboles,  está iluminado en toda su extensión y el clima está despejado y fresco.

    Para mi, una turista de poco nivel adquisitivo,  el cambio de moneda me resulta bastante molesto.

   En cada frontera,  me pasa que  cambio demasiado y me sobra, o poco y luego me falta.

   En general  en ese momento, en Europa no se aceptaban dólares billetes en los negocios y los que los recibían, nos daban el vuelto en moneda local.  Las monedas que  nos sobraban que eran muchas, tampoco se puedian cambiar.

  A esta altura ya tengo una nutrida colección de pesetas de España, francos de Francia, libras de Inglaterra, florines de Holanda. Un recuerdo un poco caro.

   Seguimos viaje y pasamos por la ciudad de Lieja, donde existe un canal artificial que une el río Mosa con el Scalda  ambos con salida al mar; sin duda, una zona muy pintoresca.

   La frontera entre Bélgica y Alemania se encuentra cerca de la ciudad de Agen.

  Antes de llegar a Alemania, la guia nos da una breve clase de aleman para que podamos comunicarnos en este país aunque sea en forma precaria.

(Continuará)