Los Animales Nos Enseñan


Las tortugas nos enseñan que lo importante no es ser rápido sino constante; que debajo de una caparazón se puede esconder la ternura; que hay que esconder la cabeza hasta saber bien las intenciones de los demás; que los más lentos irán al entierro de todos aquellos que se burlan de ellos; que comiendo lechuga fresca prolongan su vida; y que mejor que llegar antes es llegar a tiempo.

Los gansos tienen mucha sabiduría; vuelan juntos formando una V, porque de esa manera disminuye notablemente la resistencia al viento y les resulta más fácil.

Cuando un ganso abandona la formación se da cuenta que le cuesta mucho más volar solo e inmediatamente vuelve a ocupar su lugar.

Cuando el primero de los gansos se cansa, pasa a otro puesto de atrás y otro de los gansos del grupo, de inmediato, sin discutir ni cuestionarse, ocupa su lugar.

Los gansos que van atrás emiten un sonido que alienta a los que van adelante, y si un ganso se enferma o está herido otros dos se hacen cargo de él y lo siguen para cuidarlo y protegerlo. Lo acompañan hasta que esté bien como para reiniciar el vuelo o hasta que finalmente muere, sólo en ese momento vuelven a ocupar su puesto.

Los perros permanecen al lado de su dueño en las buenas y en las malas y a veces, cuando sus amos mueren, acostumbran visitar los lugares que frecuentaba y quedarse allí largas horas.

Un perro no duda en dar su vida para salvar a su amo; tampoco discrimina por edad, sexo, color de la piel, o grado de belleza de su dueño, guardándole fidelidad para siempre. Es capaz de quedarse junto a él muchas horas y no se aburre.

Los animales que denominamos feroces no atacan si no tienen hambre y son capaces de cuidar las crías de otras especies cuando los encuentran solos; y los caballos evitan arrollar a las personas que están tendidas a su paso.

Los pájaros cuidan a sus crías con esmero hasta que pueden valerse solas, jamás las abandonan antes, sólo en el momento oportuno las echan del nido para que aprendan a hacer frente a las dificultades y se conviertan en adultos.

Las hormigas trabajan duramente, a veces transportando cargas que suelen ser el doble de su tamaño y jamás hacen huelga.

La reina de las abejas es la que mejor come pero cuando ella no está la colmena desaparece.

Los zánganos se disputan el apareamiento con la reina aunque después de ello mueran; porque para las abejas, más importante que la misma vida es cumplir el objetivo de la supervivencia de su especie.

Seamos como los animales y seremos mejores humanos.


Ver también: El instinto animal