La Satisfacción en el Trabajo




¡Levante la mano el que está haciendo un trabajo que le gusta! 

No es raro que de un centenar de personas presentes, solamente unas tímidas veinte o treinta manos se alcen para responder a esta demanda; el resto, con su silencio,  estará confirmando que no disfruta de su trabajo, lo que permite inferir que sólo lo hace para cobrar el sueldo.

¿Cuál es el desempeño de un empleado que sólo trabaja para cobrar el sueldo?

Seguramente trabajará a reglamento, se limitará a hacer sólo lo imprescindible y no se sentirá motivado ni será creativo, ya que no le interesa lo que hace.

Están lejos los días en que el empleado de una empresa se ponían la camiseta sintiéndose parte de esa empresa dando lo mejor de él mismo para beneficio de ambos.

¿Se puede encontrar un trabajo que a uno le guste hoy en día y que al mismo tiempo esté bien remunerado?

Siempre dependerá principalmente de la capacitación y la experiencia que tenga el individuo, pero también de su iniciativa, de su optimismo, de su entusiasmo y de su filosofía de la vida.

Sin embargo, nadie hace lo que no le gusta por mucho tiempo, y en algún momento dice basta o lo despiden.

La elección de un empleo se relaciona con la forma de pensar, qué es lo que la persona valora, qué es lo que la incentiva y qué la motiva para aceptar o rechazar un trabajo.

Los que tienen una postura materialista y creen que el ser es el tener, probablemente guíen sus decisiones en función a la retribución que promete una determinada ocupación, aunque no les atraiga la tarea que tienen que realizar.

Otros, preferirán optar por el trabajo que les brinde mayor reconocimiento social;  o prestigio profesional,  a través de un estimulante cargo en una gran corporación; pero también estarán los que se sienten realizados haciendo una tarea determinada y disfrutan haciendo lo que les gusta.

Claro que la retribución económica les importa a todos, pero para algunos, ese requisito no ocupa el primer lugar en el orden de sus prioridades.

También existen los que trabajan motivados por el resultado que su tarea tiene en otros, orientados por motivos trascendentes, que pueden anteponer los intereses de otros antes que el suyo propio.

Obviamente, las distintas motivaciones de los empleados para trabajar  en una empresa generarán un tipo diferente de vínculo con ella.

Lo ideal siempre será,  lograr conciliar los intereses de las organización y del empleado que desee trabajar en ella.

Una carrera profesional será más exitosa cuanto más armónicamente pueda integrarse  a una organización y más identificado se sienta con sus objetivos.

Todas las personas tienen el derecho de encontrar un trabajo que los satisfaga plenamente, tanto en lo que se refiere al desempeño como a la retribución.

Conozco una persona que cuando se recibió de ingeniero electrónico escribió cien cartas a las empresas más importantes del país solicitando trabajo y logró tres entrevistas, entre las cuáles pudo elegir el trabajo más adecuado para sus necesidades.

Actualmente, el mercado laboral en Argentina es errático.  Las empresas temen invertir porque la economía depende demasiado de la economía del gobierno de turno, que puede modificar las reglas de juego sin tener en cuenta los problemas financieros que les ocasionan.

Sin embargo, a pesar de estas circunstancias, en estos momentos no es fácil para los empresarios emprendedores encontrar personal capacitado disponible.  Pero sí existe mayor escasez de puestos de trabajo para personas sin capacitación alguna.

Para algunas empresas, su personal es un recurso valioso que cuidan e incentivan de distintas formas, otorgando premios y  beneficios que aumentan su calidad de vida o facilitando el ingreso de los hijos de los empleados para que tengan la oportunidad de tener su primera experiencia laboral.

Lo que más se valora en una entrevista laboral es la experiencia, la convicción propia, la sinceridad, el aplomo y la seguridad en sí mismo.