Lecciones de Vida




J.J.Benitez ha escrito más de cincuenta libros, entre ellos la saga de “Caballo de Troya”. 

La experiencia con su primer nieto lo inspiró para escribir un libro distinto a todos los demás, de abuelo a nieto, titulado “De la mano con Frasquito”.

En él le cuenta a su pequeño nieto de corta edad,  que obviamente no lo escucha,  sus reflexiones sobre la vida, la muerte, la importancia del momento presente y Dios; 101 lecciones sobre todas las cuestiones existenciales y sobre el secreto de la felicidad.

Benitez es periodista especializado en misterios como los ovnis, o la vida de Jesús.  Colabora en medios de comunicación, incluso por televisión, donde participó dirigiendo la serie documental “Planeta Encantado” sobre los eternos secretos del planeta Tierra.

En esta etapa de su vida se dedica a contemplar la existencia y de vez en cuando escribe.

En este libro, Benitez sale a pasear con su nieto que no le puede prestar atención porque lo que quiere es jugar y divertirse, y le habla de Dios, a quien ve más como una madre amorosa que a un padre, mientras contemplan una mariposa.

Dios  para él es puro sentimiento, ternura, piedad, amistad, curiosidad, pasión y amor.

Reflexiona sobre la necesidad de ordenar y controlar y le dice a Frasquito que nunca utilice el modo imperativo, que las órdenes las dan quienes han agotado las palabras y las sonrisas. 

Hemos nacido para vivir en esta Tierra pero tenemos un pasaje de vuelta para volver con el Uno, porque esta vida es casi una excursión.

La muerte no importa, porque cuando mueras comprenderás que la realidad que conocías era oscura y que morir era necesario como nacer o dormir, un simple trámite que hay que pasar en cuestión de segundos, como  un semáforo.

Somos eternos y estamos todos a salvo,  aprendiendo. 

A lo largo de la vida se va perdiendo todo, pero si te queda curiosidad vives doblemente, porque los que la pierden se mueren de aburrimiento.

Quitar horas al sueño es un error porque entorpece el trabajo de los ángeles y significa echar a Dios cuando quiere hablarnos en forma confidencial o dejarnos algún recado.

Dormir es algo que nos sorprende, no solamente es para recuperar fuerzas,  porque mientras duermes, hay mucha gente que trabaja en tu interior.

Es mejor la intuición que la razón; porque la intuición llega primero y es tan luminosa que nos enceguece, es un ángel que baja, deja su mensaje y se va enseguida.

La razón analiza todo, se queda dentro de ti, no tiene prisa alguna, ni alas,  pero lo desmenuza todo con preguntas.  Si eliges la intuición,  no te equivocas.

Fuente: “De la mano con Frasquito”; J.J.Benitez.