La
Kabalah es la interpretación mística de los libros sagrados judíos; es un
sendero esotérico.
Se
manifiesta en el iniciado como una revelación, aunque se trata históricamente
de una revelación primordial.
La
palabra Kabalah significa Tradición, un conjunto de conocimientos transmitidos
a través de las generaciones de Maestro a discípulo, cuando éste esté preparado
para recibirla.
La
transmisión de estos conocimientos se relaciona con la Alquimia, porque implica
una transmutación, algo mágico; porque la Kabalah es un saber que no se puede
transmitir solamente con palabras sino a través de una fusión entre Maestro y
discípulo, a un nivel superior de consciencia, que significa amor, porque el
amor es el camino a la sabiduría.
Para
lograr esta unificación hay que dejar de ser quien uno es, abandonar toda
estructura o mecanismo limitante y despojarse del orgullo, la vanidad, la
ambición, el miedo y de otras máscaras.
La
Kabalah es el camino hacia la unidad, la unión con Dios o con la Sabiduría
Universal.
El
Maestro es la luz del alma, que es donde se encuentran las respuestas a los
principales interrogantes existenciales.
Por
pertenecer estos temas al misterio y por su alto contenido metafísico, puede
ser mal interpretado por quienes no tienen una conciencia serena, profunda y
armónica.
Por
esta razón el guía espiritual es esencial, porque su ausencia puede producir
delirios místicos, supersticiones, generar comerciantes del espíritu, brujos a
sueldo, dogmas limitados e impuestos y otras tendencias espirituales negativas.
El
Maestro verdadero pregona que antes de volar, desde el punto de vista místico,
se debe aprender a caminar.
O
sea, que para penetrar en la sabiduría más profunda es necesario estar
previamente equilibrado interiormente.
El
deseo dentro de cada ser humano de una iluminación y de enriquecer y elevar su
ser, haría posible cambiar positivamente el mundo; porque el cambio evolutivo
sólo es posible desde el interior de cada uno.
El
Maestro es el que se ha encontrado a sí mismo y ese encuentro le permitió
encontrarse con su Creador.
El
kabalista es el heredero de un saber milenario proveniente de las últimas
escuelas iniciáticas herméticas, que ha consagrado su vida a la verdad y al
amor.
La
gran variedad de religiones que existen en la Tierra, no representan a
distintos dioses sino que son los distintos procesos para llegar a Dios.
Según
la Kabalah, la existencia del hombre se desenvuelve en dos dimensiones básicas;
lo manifestado que es lo que pertenece al mundo material y lo oculto que
representa lo espiritual.
Ambas
dimensiones forman la realidad. La
evolución en el plano material sólo es posible si se toma conciencia de lo
oculto, que está más allá. El uno sin el
otro no puede existir.
Antes
de la creación material, las almas estaban unidas en una gran alma que se
desparramó en los distintos yo individuales.
El
acto creativo tiene el propósito retornar a la unidad original a través de la
voluntad y evolución de las diferentes almas o yo.
Fuente:
“La Kabalah”, “Historia de una Iniciación”; Ione Szalay.
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