De
tanto en tanto resultamos sorprendidos por una novedad televisiva y por
supuesto nadie quiere permanecer ajena a ella.
Esta
vez lo que nos sorprende gratamente es una novela para televisión proveniente, para nosotros, de remotas tierras,
como lo es Estambul en Turquía, un país que cuenta con una bella geografía, con una población con costumbres radicalmente
distintas de las occidentales, con diferentes tradiciones y con otra educación,
otra cultura y otra religión.
“Las
mil y una noche” es una serie que ha atrapado la atención de gran cantidad de
televidentes, no solamente en nuestro país sino en gran parte del mundo, más
por sus características exóticas que por su argumento; ya que éste no difiere demasiado de otros, pero sí posee el valor agregado de una lujosa
ambientación, una excelente escenografía, la posibilidad de poder apreciar cómo
es la vida familiar en las clases altas de esa cultura, el respeto que muestran
naturalmente los jóvenes por los mayores y el afecto y los buenos modales hacia
ellos, aunque los dramas, las vicisitudes cotidianas, las intrigas y las
pasiones sean las mismas que suelen afligir al resto del mundo.
Mientras
nuestras propias telenovelas se esfuerzan por mostrar cada vez más osadas
escenas sexuales explícitas, para atraer la atención del público, los turcos
nos dan una lección de buen gusto absteniéndose de ello, logrando
sorprendentemente mayor audiencia. Tal es así que esta serie, que se difunde de
lunes a viernes a las 23 horas, se ha
ganado con justicia la franja horaria de las 22 horas desde la próxima semana.
Este
fenómeno muestra que la mayoría de los televidentes no siempre comparte el gusto por las escenas de alto contenido
erótico; o por lo chabacano, grosero,
audaz o violento, como creen muchos de los
que se dedican a hacer programas de televisión, que presumen erróneamente que cuanto más
perversas, irreverentes y trasgresoras sean los programas, más atraerán al
público.
El
futuro no está escrito y tal vez no sea tan calamitoso como se suele vaticinar
sino mucho mejor de lo que cualquiera de
nosotros puede llegar a pensar, gracias a que todavía hay mucho talento capaz
de innovar y arriesgarse a apostar fórmulas nuevas.
No
todo está perdido, no todo está inventado, no todo está hecho. A las nuevas generaciones les queda mucho por
hacer; y tienen que saber que la excelencia no se consigue copiando lo hecho atreviéndose
a ser cada vez más irreverente y descarado, sino desplegando su propia creatividad que será
la única manera de lograr algo genuino y nuevo.
Malena
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!
Ver Comentarios
Me paso el dia y noche viendo la tele y el facebook. Ya me pongo mirando a la pantalla y ni pienso. Creo que tienen los demás el problema que me necesitan mis comentarios. Pero me quedo en blanco.
ResponderEliminar¿Tengo adicción al facebook?
Comentar me dá autoestima, que me vean los demás bien mejor dicho.
Gracias, hasta luego,
Pablo
Hola Pablo, "todo en su medida y armoniosamente", no exageres con el uso de la computadora, hay otras formas de entretenerse. La compu es como el cigarrillo, se convierte en una adicción. saludos, malena
ResponderEliminar