Recibo con frecuencia comentarios de mujeres y de hombres, que quieren saber qué hacer cuando sus parejas los engañan sólo una vez.
Diría en primer lugar que lo mejor en ese momento es no hacer nada, pero sí tienen que darse cuenta que los dos tienen responsabilidad en ello.
Si analizamos esta situación fríamente, el hecho de
haber sido una única vez o varias veces, es irrelevante, porque lo que tiene
importancia es la falta y no su número ya que una sola deslealtad es suficiente
para perder la confianza en esa pareja
En lugar de lamentarse o de tomar medidas drásticas,
como sería romper una relación de mucho tiempo, principalmente si hay hijos; es
útil volver la mirada hacia sí mismo y ser capaz de preguntarse qué es lo que se
está haciendo mal para que la pareja prefiera estar con otro y busque otra
relación paralela.
Dicen que conocerse a sí mismo ayuda a resolver
problemas y es verdad, porque siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno
que la viga en el propio.
El amor no tiene garantías porque es un sentimiento
que hay que ganárselo día a día.
No
basta con cumplir con las obligaciones diarias, es igualmente necesario no perder el
misterio ser capaz de renovar la admiración del otro, sorprendiéndolo.
Lo único que podemos hacer para sorprender, es seguir
creciendo como personas porque esa es la única manera de cambiar.
El cambio es lo que hará que sus parejas los vean diferentes y que no busquen afuera eso que sienten que les falta en casa.
Sin embargo, la mayoría que se encuentra en esta
situación, lo primero que hace es obsesionarse y gastar toda su energía
controlando a su pareja, leyendo sus mensajes de texto, revisando la
computadora, o sus bolsillos, sin darse
cuenta que todo eso es inútil y que no sirve para cambiar las cosas.
Todos los días hay que ser lo suficientemente
creativo como para hacer algo nuevo; ser capaz de dejar de lado la inercia de lo conocido y hacer algo diferente; porque cuando uno
cambia, todo a nuestro alrededor cambia,
incluso las personas que nos rodean.
Una pareja estable y duradera es posible, cuando los
dos crecen individualmente. De esa
manera ninguno de los dos se puede aburrir del otro, porque todos los días pueden ser diferentes.
Tener vida propia es el secreto de la pareja feliz,
amigos propios, intereses propios, gustos propios y aprender a no sacrificarlos
nunca, y menos creyendo que si renuncian a ser quienes son, los querrán más.
Una persona jamás será ignorada o traicionada por su pareja, si se atreve a ser fiel a sí misma.
Tal vez tendrá discusiones, intercambio de opiniones difícilmente habrá entre ellos, indiferencia.
Malena
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