Los Servicios de inteligencia existen en la mayoría
de los países, supuestamente para ocuparse, entre otras cosas, de los posibles conflictos
internacionales que pueden estar gestándose y que ponen en peligro la soberanía
nacional.
Como se trata de una organización que por razones
obvias tiene que desarrollar sus actividades de control en forma secreta,
generalmente mediante el espionaje, el personal que la integra goza de gran
libertad para la acción y casi nunca es conocido públicamente, sólo que como
dependen del estado, estos individuos tienen
nombre y apellido y figuran como empleados del gobierno.
Dada las características que tiene este trabajo, se puede
prestar para más de una actividad delictiva, ya que estos sujetos son elegidos
especialmente, están entrenados
para matar, disponen de armamento, son
expertos en planificar estrategias de acción, reciben instrucción militar y
como su actividad no trasciende, ya que actúan en forma anónima e inclusive es
común que realicen sus actividades en equipo, existe el peligro de que podrían ser requeridos para
prestar esos mismos servicios, extra oficialmente a cualquier grupo delictivo
interesado en mano de obra especializada en trabajos sucios, siempre
que estén dispuestos a pagar.
Lamentablemente esto es lo que ocurre, no sólo en
este país sino en todos lados.
Hemos visto muchas películas de James Bond, el “agente
secreto británico con licencia para matar”, donde se pone en evidencia hasta
dónde puede llegar un espía para cumplir con sus objetivos, sin perder la
compostura ni despeinarse; claro que James Bond es un personaje de ficción, capaz
de enamorar a cualquier mujer, de ser compasivo, noble, sin intereses personales y con un único objetivo,
defender a su país.
Por supuesto, Bond es un personaje creado por la
imaginación de su autor, pero en la vida real, los individuos que desarrollan
esta tarea, pueden ser muy diferentes.
La cruda realidad es que su única ideología es el dinero, y que son capaces de hacer cualquier trabajo para quienes paguen sus honorarios, sin distinción de banderías políticas y sin
importar cuáles sean los objetivos.
Es así como se pueden transformar en verdaderas mafias que pueden actuar con total impunidad para cualquiera que esté dispuesto a pagar.
Sabemos que la ex SIDE, que desarrolló actividades
de inteligencia en nuestro país durante muchos años, sospechada de muchos delitos, por ley, ha sido desmantelada recientemente, pero lamentablemente fue reemplazada por otro servicio similar, con la ingenua creencia de que podría llegar a ser diferente.
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Malena
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