El buen humor es una cualidad que hay que cultivar
para mantener buenas relaciones personales, para acercarnos a la gente, para
conquistar una pareja, para tener éxito en los negocios, para terminar con las
discusiones, para ganar amigos y para recuperar la armonía cuando se pierde la
paciencia.
El humor es la herramienta necesaria para llevarse
bien con cualquiera, incluso con la persona más amargada, desarma al más violento, disipa la mala onda, pacifica los ánimos y los avatares de la vida
resultan más llevaderos.
Hay gente capaz de decir un chiste muy gracioso y
hacer reír a todos hasta en un funeral, porque aunque parezca de mal gusto, es
cierto que en los funerales es donde se pueden escuchar los mejores chistes.
Los psicólogos decimos que se trata de una
elaboración maníaca de la tragedia, pero sea lo que fuere, una ocurrencia
graciosa en esos momentos parece recordarnos que además de despedir al
fallecido también hay que celebrar el resto de la vida que a los demás nos
queda.
Claro que reírse de todo tampoco es normal, porque
puede ser una forma de eludir los problemas o de agredir en broma para inhibir
la réplica.
La broma hace posible hablar de cosas difíciles sin
ofender ni herir susceptibilidades, porque
es un mensaje ambiguo que puede tener doble significado que no se puede tomar
en serio sin correr el riesgo de hacer el ridículo.
El humor, de esta forma, puede expresar mucha
hostilidad sin consecuencias porque siempre se puede aclarar que se trata de
una broma y salir ileso.
El humor nos permite tocar temas urticantes sin
resultar chocantes; y en momentos de crisis o en una pelea ayuda a calmar los
ánimos.
Parece ser que los hombres tienen más sentido del
humor que las mujeres o más bien tienen un humor diferente, pero lo que sí es
cierto es que si nos reímos de los chistes que hace alguien es casi seguro que
le resultaremos simpático.
Algunas investigaciones han comprobado que las
personas de alta posición social utilizan el humor de una manera diferente,
generalmente con una intención manipuladora aprovechándose de su rango.
Lo importante es que el humor nos obliga a cambiar
de perspectiva y ver las cosas de otro modo y eso es lo que hay que rescatar,
ser más flexibles y evitar reacciones que luego lamentaremos.
Malena Lede - Psicóloga
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