Hoy nuevamente nos sorprende una noticia relacionada
con la falta de límites de los jóvenes menores de edad.
Una chica de 15 años, que ya es madre de un niño de
un año, se sometió a una cirugía estética en una clínica, sin autorización de
sus padres, pagando treinta mil pesos que previamente le había sacado a su
madre, sin su permiso.
La operación no salió bien y ella sufrió una
descompensación, por lo que los responsables de ese nosocomio avisaron a su
familia.
Pasando por alto la falta de responsabilidad y de
ética profesional de los directivos de esa institución que fueron capaces de
someter a una operación a una menor de edad sin el consentimiento de sus
familiares, la conducta de esta joven pone en evidencia la falta de límites que
hoy en día tienen los jóvenes.
La vida moderna obliga a los padres a tener que
salir a trabajar, quedando los hijos no siempre en buenas manos y muchas veces
solos, principalmente cuando ya no son niños pequeños.
De esa forma los jóvenes pueden gozar de plena
libertad, salir con cualquiera, ir donde quieran y tener la posibilidad de alternar
con malas compañías.
A esto se le puede agregar la propia conducta de los
padres que no siempre es digna de imitar, lo que hace que sus hijos no tengan
modelos para identificarse ni valores firmes para orientar sus vidas.
El hogar tiene que brindar a los hijos contención; y el rol de los padres es formarlos para que
incorporen valores que les permitan distinguir entre el bien y el mal.
En un mundo que está perdiendo los valores humanos
fundamentales, los padres están delegando su rol a terceros no aptos para
cumplirlo y que no tienen las mínimas condiciones necesarias para ser modelos
para seguir.
Los niños deben vivir en un entorno que los proteja
y se ocupe de su educación, estar con personas responsables que los amen y que
les enseñen las normas sociales elementales y el respeto por el otro, para convertirse en el futuro en personas de
bien.
Sin ese marco de referencia la generación actual
está criando monstruos, personas que no tendrán posibilidades de desarrollarse
normalmente, que estarán expuestas a ser manipuladas y esclavizadas por otros, o
a adquirir adicciones; que se verán obligadas a delinquir y a vivir al margen
de la ley.
El rol de los padres es intransferible, pueden
contar con la ayuda de otras personas para el cuidado de sus hijos mientras
trabajan, pero tienen que conservar una actitud alerta e interesada en todo
momento para su propio bien y el de ellos.
La formación y educación de los hijos empieza cuando
nacen y es una tarea permanente que exige determinación y firmeza y estar
dispuestos a ser un buen ejemplo.
Padres, no olviden nunca que sus hijos siempre los están
mirando, que aprenden todo lo que ustedes hacen y dicen y que todos necesitamos vivir en un mundo mejor..
Malena Lede - Psicóloga
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!
Ver Comentarios
Sin duda, solo falta esperar como serán los hijos de esas adolescentes, que legado en cuanto a simple conducta heredarán y con ese tipo de personalidades ya traumadas vamos a tener que lidiar todos.
ResponderEliminar