Existen distintas clasificaciones de temperamentos
básicos o tipos de personalidad difíciles; entre las cuales se destacan las
cuatro categorías que propone el Dale Carnegie Training.
Para poder relacionarse con estas personas hay que
conocer sus necesidades y ser capaces de satisfacerlas.
El
desafiador:
Es el competitivo que está decidido a ganar a toda
costa, superar a todos y llegar a destacarse, que no deja pasar ninguna
oportunidad para intimidar y dominar a sus rivales.
No es fácil sintonizar con estas personas
generalmente muy egocéntricas que se sienten superiores a los demás pero que
también pueden sentirse inferiores y que con su actitud desafiante pretenden
demostrar que valen.
Para tratar de caerles bien a estas personas lo
mejor es gratificarles el ego, de esa forma se pueden volver amistosas y
complacientes porque esto confirmará su superioridad. Claro que para hacer esto se necesita
renunciar a las necesidades del propio ego y esto no es fácil.
Lo que quiere el desafiador ante todo es el
reconocimiento de su capacidad y de sus logros, necesidad que a veces se debe a
su propia inseguridad.
Para llevarse bien con un desafiador hay que hacer
que se sienta importante, si no hay que alejarse de él.
El
agente secreto:
Es lo opuesto al desafiador. Tiene las mismas necesidades del desafiador
pero no lo demuestra. No necesita
elogios pero tiene que estar seguro que no invadirán su territorio.
La personalidad de agente secreto habla poco y suele
retener información para acrecentar su propia importancia.
A estas personas hay que preguntarles todo porque no
dicen nada, pero tienen que tener bien claro que no hay intenciones ocultas
sobre la información que brindan.
La
hormiguita; en este caso se trata de gente amable,
complaciente y deseosa de agradar que también es inteligente y fuerte, pero que
si es maltratada puede derrumbarse con facilidad. A estas personas hay que comprenderlas pero
también frenarlas porque pueden cambiar, pasarse de revoluciones y terminar
quemándose.
El
quemado; Son individuos con aspecto depresivo pero con
conocimientos y habilidades valiosas,
que parecen haberse rendido ante la adversidad.
Para relacionarse con ellos hay que evitar las críticas o ser muy
cauteloso para hacerlo. Lo mejor que se
puede hacer es apoyarlos y ser muy agradecidos y enfatizar su lado bueno,
porque lo que necesitan es recuperar la esperanza. Si refuerzan cualquier mínima acción positiva
que realicen, su personalidad puede
mejorar.
Las habilidades sociales pueden provocar un impacto
positivo en las relaciones humanas y permitir alcanzar el éxito social o
laboral.
Malena Lede – Psicóloga
Fuente: "Las cinco habilidades esenciales para tratar con las personas"; Dale Carnegie Training.
Publicar un comentario
Muchas gracias por participar de este espacio!