LA PROSTITUCION - Psicología Malena Lede

      El trabajo femenino más antiguo del mundo sigue existiendo en todas partes y difícilmente sufra  las consecuencias de eventuales crisis económicas, ni deje de tener demanda, porque por muchas razones siempre habrá quienes paguen por esos servicios y quienes quieran ganarse la vida ofreciéndolos.

     Pero lo cierto es que quienes se dedican a eso,  tienen que tener muy buenas razones para hacerlo.     

     Tanto quienes prestan esos favores como los que los compran, son personas que poseen ciertas  características  psicológicas que los distingue, porque no cualquiera puede hacer ese trabajo ni tampoco cualquier hombre está dispuesto a pagar por eso,

     Es bastante común que los jóvenes sin experiencia, que no se atreve a enfrentar al sexo opuesto, utilice este recurso para perder el temor al fracaso y adquirir experiencia.  Pero también son lugares muy concurridos por hombres que quieren tener aventuras sin consecuencias o que disfrute más de una relación íntima con una prostituta. .

   Sin embargo, los que visitan estos lugares con regularidad,  suelen  querer ser atendidos por la misma persona, o sea que parece no ser suficiente sólo el acto sexual sino también poder mantener algún tipo de relación amistosa o inclusive de afecto con ella.

   Para Sigmund Freud, la motivación inconsciente del hombre que elige prostitutas para hacer el amor es haber tenido una relación demasiada estrecha con la madre, que para el hombre es el primer amor, al que no ha podido renunciar.  Esto hace que no pueda disfrutar plenamente del sexo con mujeres "buenas" porque son como su madre, pero si puede con mujeres que no son como ella.

  Nunca se puede saber por qué una mujer decidió alguna vez dedicarse a esta práctica,  tampoco podemos juzgarla ni censurarla, pero, muchas veces, fue el único camino que pudo transitar por razones que no conocemos.

  Cristo le dijo a la multitud que quería matar a una prostituta a pedradas, "El que esté libre de culpa que tire la primera piedra", y todos se retiraron del lugar sin decir nada. 

  Una vida promiscua puede dar buenos dividendos pero no es fácil mantenerla.

  Durante la Segunda Guerra Mundial, las mujeres amas de casa que sufrían la ocupación alemana, se dedicaban a la prostitución para conseguir alimentos ya que después de los bombardeos no quedaba nada y tenían que pasar muchos días sin abastecimiento; mientras tanto los soldados alemanes como los aliados, a cambio de sus favores,  podían conseguirles de todo, 

  La guerra es una de las más crueles experiencias en la cual no sólo se puede perder la vida sino también se pueden perder todos los valores.

  En este mundo en que vivimos donde existen tantas injusticias y tanta inequidad entre las personas, las decisiones no sólo pueden depender de nosotros sino también de las circunstancias. 

Malena Lede