MALDITA CUARENTENA - CAPÍTULO 2

 

CAPÍTULO  II

EL PLANETA TIERRA

 

     ¿Qué fuerza misteriosa es capaz de crear belleza, armonía y orden en  medio del caos y  que además, puede hacer el milagro de hacer posible que surgiera la vida en incontables formas hasta engendrar a un ser humano con un cerebro capaz de controlar la naturaleza, fabricar herramientas y armas para cazar,  producir arte, mejorar las formas de organización y comunicación con sus pares, desafiar cualquier peligro y hasta de aniquilar a los Neandertales?

    La historia de la Tierra tiene una muy complicada trama, la aparición del agua, los cambios en la atmósfera, el surgimiento  y la extinción de muchas especies, la furia de los volcanes, y otros muchos fenómenos.

   Después de distintos cambios geológicos y de muchos millones de años de sucesivas transformaciones, de alguna manera que aún no conocemos, surgió la vida.

   El Homo Sapiens, como todos sabemos, fue la especie más avanzada que pobló el planeta, no hace mucho tiempo si tenemos en cuenta la antigüedad de la Tierra.

   Desde entonces,  vivimos condenados a luchar contra todo lo que amenace la continuidad de la vida, aceptando que creación y destrucción son los opuestos que hacen posible la realidad de esta existencia.

   El calentamiento global que nos acecha no es el único que ha amenazado a este planeta; ya que hace muchos  millones de años, un inesperado calentamiento global, probablemente producido por cambios en la atmósfera por contaminación ambiental, provocó que muchas especies se extinguieran, pero por otro lado, hizo que favoreciera la multiplicación de especies mamíferas; como los primates, los grandes simios y finalmente el homo sapiens, con un cerebro más grande que le permitió planificar, tener conciencia de sí mismo, desarrollar el pensamiento simbólico y el lenguaje.

   Pero además, hay que destacar, que las peores crisis de la historia terrestre fueron las que inspiraron  grandes ideas y extraordinarios descubrimientos.

      Nuestro  planeta posee los mecanismos naturales necesarios para mantener el equilibrio y revertir los efectos de la contaminación ambiental y el cambio climático, pero nosotros estamos dificultando este proceso.

   El corona virus puede ser una advertencia, una señal dirigida a tomar  conciencia que existen fuerzas más poderosas que nosotros que pueden llegar a destruir todo lo que hemos construido para defenderse.

  La Tierra es nuestra nave espacial y por el momento no tenemos otro lugar habitable ni accesible para vivir.  Por eso es imperativo cuidarla y  mejorarla de la mejor manera, para permitir la continuidad de la vida en este planeta, tanto para nosotros como para las próximas generaciones.

     La ambición,  el egoísmo y la ignorancia  tienen el poder de destruir la armonía de la naturaleza, de sembrar la muerte, y de causar daños irreparables al único lugar que tenemos para seguir viviendo.

   Esta pandemia también demostró que el espíritu humano  es capaz de sobrellevar con dignidad y valentía las graves consecuencias de esta enfermedad,  que nos obligó a sufrir confinamiento, soledad, ruina económica, falta de trabajo y a enfrentar una serie de cambios radicales cuya magnitud aún es imposible llegar a evaluar.

  La humanidad ha podido superar muchas epidemias que segaron muchas vidas y que obligaron a emigrar de sus lugares de origen a millones de personas.

  Confiemos en la inmunidad que la especie humana ha adquirido después de millones de años de existencia y en la ciencia, que hasta ahora ha demostrado su capacidad para derrotar a muchos virus, como  el de la viruela, que costó muchas vidas en el pasado y que ha sido eliminarlo para siempre.

  Sabemos que existen cada vez más ciudades en el mundo densamente pobladas, cuyos habitantes se ven obligados a vivir en condiciones infrahumanas, a alimentarse con productos contaminados y a beber agua no siempre potable 

   El hacinamiento, la falta de servicios sanitarios, la acumulación de basura, el aire impuro  y otros muchos problemas son consecuencias de una enorme concentración de personas que necesitan vivir donde pueden conseguir trabajo y donde existen más lugares de esparcimiento y mejores posibilidades de acceso a la educación y a la cultura,  lo que puede brinda la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.

   No es casual que esta pandemia se haya iniciado en el país del mundo más densamente poblado; por lo cual, no se va a poder evitar en el futuro,  que la naturaleza se defienda y aparezcan nuevas epidemias cada vez más difíciles de controlar.

  Puede que los cambios tecnológicos, con la posibilidad de trabajar a distancia permita que las ciudades reduzcan su densidad de población y que gran parte acepte alejarse de los centros urbanos; fenómeno que de hecho ha comenzado a suceder en algunos países del mundo.  

Pero para que esta posible solución tenga éxito se necesita un cambio de conciencia.