MALDITA CUARENTENA - CAPITULO XV

 

LOS ANTIBIÓTICOS

 

   La acción de los antibióticos aún no se conoce del todo;  hasta ahora se sabe que actúan de dos formas: inhiben el crecimiento de las bacterias o las destruyen.

   Sin embargo, aunque los antibióticos se utilizan para combatir las infecciones bacterianas, estudios recientes revelan que es posible que algunos de ellos reduzcan la reproducción de algunos virus, incluido el que causa el Covid19. 

   El antibiótico es una sustancia producida por el metabolismo de animales y vegetales, principalmente por hongos microscópicos y bacterias, que poseen la propiedad, aún en disoluciones elevadas, de inhibir el crecimiento de las bacterias y de otros microorganismos, llegando incluso a destruirlos.

   Hasta el año 1928, mucha gente podía llegar a morir por una infección, ya sea debido a una eventual lesión ignorada, un accidente, un parto, una herida de bala,  una quemadura grave, etc.

  Pero ya desde 1920, Sir Alexander Fleming, (1881-1995), bacteriólogo británico,  había comenzado a dedicarse al estudio de los agentes antimicrobianos.

  Recién en 1928, mientras observaba cómo el hongo Penicillium notatum inhibía el crecimiento de sus cultivos de bacterias, consiguió aislar una sustancia de acción antiséptica selectiva, producida por este hongo a la que denominó penicilina.

  Sin embargo, sus colaboradores sólo lograron producirla industrialmente y aplicarla, en 1938,  a partir del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

   En 1944, Waksman y sus colaboradores lograron aislar otro antibiótico de gran importancia, la estreptomicina, que poco tiempo después comenzó a sintetizarse artificialmente.

   De la penicilina y la estreptomicina se obtendrían después diversos tipos de antibióticos.

   La naturaleza química de los antibióticos es muy variada; pero por lo general contienen aminoácidos raros que no se encuentran en las proteínas y pépticos o en enlaces poco corrientes.

      La aplicación de los antibióticos debería inhibir la proliferación de gérmenes sin perjudicar al organismo, sin embargo suelen producir  trastornos no deseables como la destrucción de la flora bacteriana intestinal y la alteración del equilibrio entre las diversas bacterias presentes en el cuerpo, algunas de ellas particularmente patógenas; por esa razón es recomendable no abusar de los antibióticos y que sean administrados únicamente por prescripción médica.

  Algunas veces, los microorganismos oponen resistencia a la acción de los antibióticos, restándole efectividad y es probable que dentro de unos años pierdan definitivamente sus efectos.

  No obstante, la producción de antibióticos sigue siendo una de las principales actividades de la actual industria farmacéutica.

   Exceptuando el Clorafenicol, que se obtiene por síntesis, los demás se producen sembrando los microorganismos productores en medios de cultivos dispuestos en grandes tanques cerrados y aireados intensamente, seleccionando para su producción cepas altamente productoras.

   Los antibióticos tienen además, otras aplicaciones industriales, son utilizados también como antisépticos, y en la alimentación del ganado y de las aves para combatir plagas.

  Es así como nosotros estamos consumiendo antibióticos todo el tiempo cuando nos alimentamos con animales que se crían a gran escala en forma industrial y con sus subproductos;  y hasta puede resultar imposible dedicarse a  criar animales a pequeña escala en cualquier pequeña granja, sin utilizar antibióticos.

  Con todo,  sigue siendo mejor la aplicación de antibióticos a los animales,  a que éstos nos transmitan graves enfermedades.