MALDITA CUARENTENA - CAPITULO XVII

  


EL SIDA  (VIH)


   El Sida, o virus de Inmunodeficiencia adquirida (VIH), tuvo su origen en África hace aproximadamente cien años;  y se estima que se encuentra en al menos en 47 especies de primates africanos.

   Los primeros diagnósticos se hicieron en los Estados Unidos y recientes investigaciones afirman que comenzó en el Congo y que a partir de 1960, debido al aumento de las vías de comunicación y a los cambios sociales se expandió por todo el mundo alrededor de 1930.

   La hipótesis científica más aceptada es que el origen de este germen proviene de la zoonosis africana.

   No se conoce cómo saltó el virus de los animales a los hombres, pero se supone que fue a través de la sangre proveniente de eventuales heridas que los cazadores sufrían durante las cacerías y que de algún modo entraban en contacto con la sangre infectada de los monos.

  Entre los humanos, las relaciones sexuales anales son las de mayor riesgo tanto para contraer o trasmitir el VIH.

  Es el integrante receptor de la pareja el que tiene mayor riesgo de infectarse, en una relación sexual, dado que la mucosa del recto es lo suficientemente delgada como para permitir el paso del virus al cuerpo o a través de alguna herida preexistente.

  En cuanto a las relaciones sexuales vaginales son las de menor riesgo de contagio; sin embargo, sin protección adecuada, las mujeres suelen contagiarse de esa forma y también los hombres.

   La transmisión de madre a hijo en gestación, se puede evitar casi en un 99 por ciento de los casos si la madre portadora del virus hace el tratamiento durante todo el embarazo.

   Otro riesgo de contagio es compartir agujas o jeringas para inyectarse drogas, dado que pueden contener vestigios de sangre de otra persona  infectada por este virus.

   Las relaciones sexuales orales también pueden transmitir el virus cuando se tiene alguna herida en la boca o existen llagas en los genitales.

   Afortunadamente, manteniendo los cuidados necesarios como precaución, las personas están debidamente protegidas de la posible transmisión del virus.

   En cuanto a las reservas de sangre, de tejidos o de órganos donados para trasplante, es muy improbable el contagio dado que son analizados minuciosamente; así como también las donaciones de sangre que son muy seguras.

  O sea que se trata de controlar estrictamente todo lo que signifique contacto de una mucosa con la sangre de un infectado, ya que es donde se aloja el virus.

   El virus no se transmite a través de la saliva pero las secreciones vaginales y la sangre menstrual podrían contener el virus.

   Hoy en día más de 37 millones de personas en el mundo son portadoras del virus de inmunodeficiencia adquirida VIH, enfermedad que se puede controlar y permitir hacer una vida normal pero que no se cura.