VOLVER A EMPEZAR
Siempre los comienzos han sido y serán
difíciles y en este caso en particular también, cuando lo peor de la pandemia parece
haber pasado y la gente tiene que reinventarse para poder seguir viviendo..
Pocos son los que se recuperaron de
inmediato y pudieron volver a sus tareas habituales o cambiar de trabajo con el
mismo entusiasmo.
Es que hemos estado amenazados de muerte por
mucho tiempo, y es indudable que esa experiencia, de alguna manera, nos haya afectado a todos.
Lo más habitual es que después de un trauma
sobrevenga un estado depresivo más o menos importante, o un estado de ansiedad
que puede ser leve pero también significativo hasta el punto de necesitar
atención médica.
Los síntomas pueden manifestarse aún pasado
bastante tiempo, cuando realmente la persona puede tomar conciencia de haber
recuperado su libertad de acción, ha podido reencontrarse con sus parientes y
amigos sin el temor a enfermarse, ha iniciado sus acostumbradas actividades o
haya iniciado una nueva experiencia laboral.
Sin ninguna duda, se puede asegurar que son pocos
los que han salido indemnes después de esta pandemia, principalmente todos los
que tuvieron que comenzar un nuevo emprendimiento por haber sufrido un
quebranto económico.
Los cambios no son fáciles en una economía
competitiva donde todos están luchando por el mismo motivo, o sea poder
sobrevivir, frente a la amenaza probable de perderlo todo.
Sin embargo, poco a poco, los más
favorecidos pudieron volver a empezar, cambiaron sus proyectos y modificaron sus
planes, a pesar de todo.
Los futurólogos se atreven a pronosticar
futuras pandemias, tanto o más crueles como la que hemos vivido, debido al
incremento de los viajes aéreos a todas partes del mundo, donde existen epidemias
endémicas.
Con
respecto a este pronóstico, me permito
ser escéptica, ya que los virus no siempre se desarrollan en todas partes con el mismo resultado, simplemente porque no están dadas las condiciones que
necesitan para su desarrollo.
Antes
de ocuparnos de lo que puede pasar en el futuro, es más oportuno intentar disminuir las consecuencias psicológicas analizando los daños
que pueden causar las situaciones inesperadas de incertidumbre, miedo o pérdidas de personas queridas.
Después de cualquier trauma, duelo o situación
crítica vivida, es indispensable llegar a incorporar el penoso suceso
aceptando la adversidad que se ha sufrido para poder adaptarse a las nuevas
posibilidades que puede brindar la
vida, si es que dicho suceso compromete la salud o la actividad económica de una persona.
Más que un desafío en este caso puede ser una oportunidad,
una bisagra que tal vez nunca se hubiera presentado de no haber existido este
flagelo.
Es necesario seguir adelante dejando atrás lo
que se ha perdido y liberarse de la culpa que se puede llegar a sentir por los
avatares del destino, aún no dependiendo de nosotros.
Todos los días suceden hechos irreparables
que tal vez se pudieron haber evitado, siempre hay alguien que estuvo en el momento y en el lugar equivocado, que fue víctima de una tragedia; porque la realidad es que nadie está seguro en
ningún lado.
La vida es un duro aprendizaje sin anestesia
y hay que hacerle frente con valentía, porque nos obliga a cambiar de las
formas más inesperadas, en el momento menos pensado; y sólo el que está dispuesto
a cambiar es capaz de enfrentar el
desafío de volver a empezar.
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Totalmente de acuerdo. Muy buen artículo!!
ResponderEliminargracias
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