AYUDA A OTROS Y SANARÁS - Psicología Malena Lede

       

Los problemas de adicción pueden sanarse ayudando a otros a hacer lo mismo.  A veces es necesario dejar de pensar en sí mismos, de tenerse lástima, de criticarse y de odiarse por volver a caer una y otra vez en una adicción, creyendo que es la única forma de calmarse y sentirse mejor.

       Todo adicto es a la vez un depresivo capaz de cometer un suicidio lento mediante la ingesta de drogas o alcohol.  Detrás de esa compulsión existe desprecio por la vida, falta de autoestima, un entorno propicio, falta de contención, ausencia de esperanza y de razones para vivir.

      Todos tienen problemas sin excepción, muchas veces muy difíciles de resolver, sin embargo, están quienes tratan de resolverlos sanamente, buscando una forma digna de enfrentarlos y quienes se dejan vencer y creen que el consumo de drogas o alcohol los ayudará a soportar su desdicha, emprendiendo un camino sin retorno.

     Las adicciones no se curan, sin embargo todo adicto puede recuperarse definitivamente ayudando a  otros a hacer lo mismo; y precisamente la intención de favorecer a otros con su ayuda es la que hace el milagro.

    Muchas personas que trascendieron el anonimato y se destacaron en la vida lograron vencer su necesidad de alcoholizarse o drogarse ayudando a otros y sólo así, cuando comenzaron a sentirse útiles fueron descubriendo el sentido de sus vidas y cumplir con su propósito. 

    El hecho de sentirse útil y necesitado le brinda a todo adicto la oportunidad de descubrirse a sí mismo dedicando toda su energía a ayudar a otros a recuperar el rumbo perdido.

   Quienes se deciden a participar en las reuniones para la recuperación de adictos, saben por propia experiencia, el infierno vivido, el dolor infligido a sus familiares más queridos, la pérdida del trabajo, de los amigos y de la propia dignidad como persona.

   La imagen de una persona recuperada es lo que necesitan ver quienes toman la decisión de abandonar las drogas o el alcohol para siempre, imponiéndose la obligación de salir de los entornos peligrosos y de mantenerse sobrio día a día.

Malena Lede