A veces, el afecto por una pareja puede ser muy
grande pero el deseo ha desaparecido, situación que exige una mirada crítica
para encontrar la forma de volver a sentir las sensaciones perdidas.
Amar, nos hace más felices, por eso todos sueñan
encontrar un amor en la vida y mantenerla sin cambios siempre.
Por supuesto, esto es una utopía, sin embargo hay
amores que perduran a pesar de las crisis y el aburrimiento que produce la
rutina.
Siempre los comienzos suelen ser buenos, sin
embargo, aún tratándose de sentimientos muy sinceros, es bastante común que con
el tiempo una relación se transforme en un vínculo frustrante.
El problema es que a veces, esta situación se vuelve
a repetir con otra persona que también parecía única.
Muchos buscan en el amor de pareja satisfacer su
necesidad de compañía, llenar el hueco que sienten en sus vidas que les
moviliza la ansiedad humana básica de soledad y desamparo.
Cuando lo encuentran, es como si hubieran recuperado
a una madre o a un padre, alguien que los pueda volver a contener y apoyar,
como hacían ellos, y con quien se pueden sentir seguros.
Por supuesto, ese sentimiento de amor filial se
opone al deseo físico, porque inconscientemente cada acto amoroso será vivido
como incestuoso.
La dificultad es no poder discriminar de antemano
qué es lo que les atrae de una persona cuando recién la conocen y cuál es la
carencia que les satisface cuando están con ella.
Este problema lo trató Sigmund Freud muchas veces en
el siglo pasado y aún hoy continúa tan vigente como antes.
Muchos de nosotros tenemos conflictos inconscientes
que no conocemos pero que aparecen proyectados continuamente en nuestras
relaciones personales.
También ocurre que nos sintamos atraídos por alguien
que es diferente a nosotros, o sea una persona con una forma de ser totalmente
opuesta que contrasta con la nuestra.
En esos casos, no existirá compatibilidad alguna, y
entonces, eso que alguna vez nos atraía comenzará a producir rechazo.
Admirar a alguien hace que lo idealicemos y que nos
lleve de pronto a encontrarnos en una posición de sometimiento aguantando toda
clase de atropellos.
Cuando amamos a alguien porque lo necesitamos la
situación se torna insostenible, porque ha dejado de ser una pareja para
convertirse en alguien que está reemplazando a nuestros objetos amorosos
primarios, o sea nuestros padres.
Para el hombre, la mujer y la madre se han convertido en un
solo objeto incestuoso a quien se ama pero que a la vez produce rechazo, y para
la mujer, su pareja es su padre y por lo tanto físicamente rechazable.
Cuando las relaciones terminan siempre de esta misma
forma, es probable que existan estas motivaciones inconscientes que habría que habría que hacer conscientes.
Malena Lede – Psicóloga
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Hola Malena, muy interesante tu artículo. Quisiera preguntarte qué hacer una vez que nos hacemos conscientes? Gracias de antemano.
ResponderEliminarhola Carmen, si eres cconsciente que lo que te atrae de un hombre es tu necesidad de apoyo o de compañía, esa puede ser la señal que te está indicando que esa persona no es para ti. Pero al mismo tiempo tendrás que madurar y ser capaz de enfrentar la vida sin bastones emocionales. saludos, malena
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