Dos personas que se
aman, que les cuesta cada vez más separarse y que quieren estar siempre juntas; algún día tienen que decidirse a intentar la riesgosa experiencia que representa la convivencia.
Son jóvenes y
felices y les parece que eso es suficiente para iniciar una vida, juntos; sin embargo, al poco tiempo, ese nido
de amor comienza a hundirse en las oscuras aguas de la incomprensión, la
disconformidad, la intolerancia y la falta de respeto.
Lograr la
estabilidad emocional y una relación armoniosa parece ser una misión imposible
cuando las personas creen que con amarse profundamente es suficiente.
Amarse es
importante pero no basta para convivir; es necesario aprender lo que significa estar todo el
día y las noches juntos, conocer la experiencia de intimidad, los defectos mutuos, los momentos de malhumor, entender las respectivas reacciones, los estados de ánimo, la capacidad que tienen de comprenderse, de hacerse cargo de sus responsabilidades, de ser
capaces de asumir el compromiso de enfrentar la vida de a dos.
Es
necesario creer que tener una pareja estable mucho tiempo es posible, porque
si están convencidos de que es una utopía, si temen perder su libertad o si les
asusta el fantasma de la rutina, es mejor que respeten sus limitaciones y no le
amarguen la vida a otro.
La convivencia no implica que en todos momento se sentirán arrebatados por las cálidas delicias del amor, también exige que le presten atención a su pareja y traen de ayudarla y brindarle lo que necesita.
El ego es el que siempre
atenta contra cualquier tipo de vínculo, entorpeciendo la armonía y creando
situaciones de descontento, por eso la convivencia es la oportunidad de dejar
de estar centrado en sí mismo para comenzar a emprender la aventura de pensar
también en el otro y de hacer lo posible para cuidarlo y ayudarlo.
Para lograrlo será
necesario ponerse en el lugar del otro, o sea, que puedan trascender su propia
perspectiva y ver el mundo desde ese otro ángulo. Hay que tener en cuenta que el bienestar de la pareja se traducirá en un mayor bienestar propio.
Convivir es un
desafío que requiere ser generoso, tolerante, paciente, comprensivo y
respetuoso; todas virtudes que se pueden aprender y desarrollar para lograr
también la propia felicidad.
El amor, además de
ser un sentimiento hacia alguien, debe ser expresado con palabras, gestos, conductas y actitudes; porque no basta con sentirlo también hay que demostrarlo.
Para un hombre no
es fácil demostrar afecto, porque es común que crea que un gesto amoroso puede
reflejar debilidad. Sin embargo, un
gesto de afecto genuino es capaz de borrar cualquier ofensa, de fortalecer los
vínculos y de lograr una vida afectiva más feliz.
Malena Lede -
Psicóloga
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Hola Malena mi nombre es Oscar.
ResponderEliminarLlevo 11 años con mi esposa y tenemos un niño de 5. Ambos nos queremos pwro siento que hay un desbalance en la parte sexual de nuestro matrimonio. Si bien es cierto que la frecuencia cambia, hay cosas como que ya no me besa y siempre es la rutina en la cama, como ai fuera una obligación, incluso se desviste a medias, aparte que todo rápido, como de afan.
Yo no he perdido el interes en ella, la quiero y me gusta estar con ella, he intebtado hablarle del tema pero siempre salgo a deber y dice que debon relajarme. A mi esto realmente me esta afectando.
hola Oscar, puedes hablar con ella de este tema y decirle como te sientes. Los dos tienen que ser sinceros y expresarse libremente. Eso es lo que harían si fueran a terapia de pareja. saludos, malena
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